Braulio, un niño de 13 años, desapareció en Metro Pantitlán de la Ciudad de México (CDMX) el 28 de septiembre de 2016. Fue encontrado seis años después pero sin vida en una morgue.
Aquel día, el adolescente fue atropellado sobre la ampliación Adolfo López Mateos, alcaldía Venustiano Carranza. Falleció debido a sus heridas pero las autoridades no localizaron a su familia.
Así fue como una cadena de errores, generó que el niño atropellado en el paradero del Metro Pantitlán en CDMX terminara en una fosa común para adultos. Esta es la historia.

El 28 de septiembre de 2016, Braulio Bacilio Caballero fue arrastrado al menos 500 metros por un vehículo. Aún con signos vitales, fue enviado a un hospital.
Sin embargo, paramédicos reportaron que se trataba un joven de aproximadamente 20 años de edad. Con esa información llegó al centro de salud donde murió horas después.
Entonces, su cadáver se envió a una morgue en CDMX con datos erróneos. Lo anterior, hizo imposible que fuera localizado por su mamá Fernanda y su papá Miguel.

El niño se perdió en el Metro Pantitlán en septiembre de 2016
Durante años, familiares buscaron al niño Braulio como desaparecido. De hecho, se acercaron a colectivos en busca de ayuda. Así se acercaron a la organización “Hasta Encontrarles”.
Fue hasta el 11 de abril de 2022 y gracias a la gestión del colectivo, cuando autoridades les informaron sobre un expediente que describía la muerte del adolescente el mismo día de su desaparición, víctima de atropellamiento.
Sin embargo, debido a un error administrativo, el niño fue registrado como “persona desconocida de 20 años” en su acta de defunción. Por ello, su cadáver fue enviado a una fosa común para adultos.

Seis años después, Fernanda y Miguel se enteraron del destino trágico de Braulio. Tras el proceso de exhumación e identificación, se emitió una nueva acta de defunción. Con ella, su familia reclamó el cuerpo de quien tendría 19 años de edad.
Se espera que este 29 de agosto, el cadáver de Braulio Bacilio Caballero sea entregado a sus padres que aunque nunca perdieron la esperanza de localizarlo, por fin podrán descansar en paz.
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