La historia de la mujer que tocó el violín en una orquesta falsa
En Sounds Like Titanic, Jessica Hindman relata cómo fue su trabajo como violinista en una orquesta que se dedicaba a hacer playback.
Jessica Chiccehitto Hindman es escritora. Sin embargo, durante cuatro años tocó el violín en una orquesta con una característica que la mayoría de la gente desconocía: ninguno de sus integrantes tocaba sus instrumentos. En cada presentación los músicos pretendían que hacían música, cuando lo que sonaba era una pista grabada con anterioridad. Hindman relató la historia en su biografía de 2019, Sounds Like Titanic (Suena a Titanic).
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En entrevista con BBC, Hindman recordó cómo era trabajar para una orquesta que se dedicaba a hacer playback. Entre 2002 y 2006, la violinista recorrió Estados Unidos y visitó China junto con la orquesta, que era dirigida por un hombre a quien ella se refiere en el libro como “El Compositor“.
“Todo se reduce al hecho de que necesitaba dinero”, dijo. Después de graduarse con un título en Estudios de Medio Oriente en la Universidad de Columbia, Hindman quería ser periodista y vivir en Nueva York. Para poder quedarse en una de las ciudades más caras del mundo, tenía dos empleos e incluso vendió sus óvulos a una clínica de fertilidad.
Jessica Hindman, que había tocado el violín cuando aún estaba en la escuela, buscaba un tercer trabajo. Fue así como fue aceptada, sin entrevista y sin tocar frente a nadie, en una orquesta que buscaba violinistas y flautistas.
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— Jessica Chiccehitto Hindman (@jessicahindman) February 12, 2019
Su primera tarea fue vender discos durante un espectáculo al aire libre en New Hampshire. Ella señala que, incluso con su educación musical previa, le tomó tiempo darse cuenta de que lo que salía de las bocinas durante los conciertos era una grabación.
“A la gente de verdad le gustaba la música”, dijo a BBC. “No escuchaban a músicos que tocaban en vivo, pero las pistas sí eran música original grabada en el estudio por músicos reales”.
Cuando la violinista empezó a “tocar” en las presentaciones en vivo, sus ingresos duplicaban lo que ganaba en sus empleos anteriores. Sin embargo, como relata en Sounds Like Titanic, pensaba constantemente en la falsedad de la orquesta y las giras dañaron su salud física y mental: desarrolló adicción a la cocaína y a las metanfetaminas y sufría ataques de pánico de forma constante. Fue así como decidió dejar el empleo y volver a casa de sus padres a los 26 años.
Hindman, que ahora es profesora de escritura creativa en la Universidad de Kentucky, escribió su historia en el libro que tituló Sounds Like Titanic por el parecido de algunas piezas de “El Compositor” con “My Heart Will Go On” de Celine Dion, de la película Titanic. Ella dice que se puso en contacto con algunos de sus antiguos compañeros de orquesta para escribir el libro. Sin embargo, nunca volvió a hablar con “El Compositor”.