Maximiliano de Habsburgo llegó a México en abril 1864, a casi dos años del triunfo mexicano en la batalla de Puebla que tuvo lugar el 5 de mayo de 1862. Sin embargo, el ejercito de Napoleón III terminó por imponerse, lo que abrió las puertas al sueño conservador del Segundo Imperio Mexicano, con Maximiliano como emperador. Lo que tal vez no sea tan conocido es que otro oriundo del impero Austro-húngaro, Franz Liszt, también tuvo lazos estrechos con nuestro país y que compuso una pieza en piano dedicada al fugaz emperador mexicano.

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Liszt y México

Franz Liszt es un de los virtuosos más reconocidas en la historia de la música. El nacido en Doborján, una pueblo que pertenecía al Imperio Austro-húngaro el 22 de octubre de 1811 revolucionó los recitales de piano y el propio instrumento con al  interpretar de memoria las piezas, la invención del recital moderno y la creación del poema sinfónico.

Además era un ardiente nacionalista y seguidor de Napoleón III. Así que no es de extrañar que cuando en México surgió la Sociedad Filarmónica Mexicana en 1866 durante el Segundo Imperio Mexicano a cargo de Maximiliano y con la finalidad de promover la música entre la sociedad mexicana, Franz Liszt fuera invitado a participar como miembro honorario. Los Habsburgo consideraban al virtuoso como el músico más grandioso del mundo así que mediaron para que Liszt cooperara con la Sociedad.

Franz Liszt, Maximiliano Habsburgo, Marcha Fúnebre
Maximiliano (Imagen: Wikicommons)

Lo anterior le valió a Liszt que se le otorgara la Orden Mexicana de Guadalupe, la segunda más importante que se otorgaba durante el Imperio de Maximiliano, por lo que los lazos del también compositor con México son más estrechos de lo que se podría pensar.

Marcha fúnebre

Sin  embargo, como bien sabemos, las cosas no terminaron bien para Maximiliano en México. Fue instigado a abandonar México por el mismo Napoleón III, cuando retiró las tropas francesas de México, lo que un gran golpe para la causa imperial mexicana, Maximiliano se negó a abandonar a sus seguidores, pero fue superado por la causa republicana.

Al retirarse, en febrero de 1867, a Santiago de Querétaro, sufrió un asedio durante varias semanas, pero el 11 de mayo resolvió intentar escapar a través de las líneas enemigas. Este plan fue saboteado por el coronel Miguel López, quien fue sobornado por los republicanos para abrir una puerta y liderar una incursión, aunque con el acuerdo de que a Maximiliano se le permitiría escapar. Algo que no pasó.

Franz Liszt, Maximiliano Habsburgo, Marcha Fúnebre
Fusilamiento de Maximiliano (Imagen: Wikicommons)

Después de una corte marcial, fue sentenciado a muerte. Muchas de las casas reales de Europa y otras figuras prominentes incluidos el escritor Víctor Hugo, enviaron telegramas y cartas a México pidiendo desesperadamente que se salvara la vida de Maximiliano.

Aunque le tenía simpatía, Juárez se negó a conmutar la sentencia en vista de los mexicanos que habían muerto luchando contra las fuerzas de Maximiliano, y porque creía que era necesario enviar un mensaje de que México no toleraría ningún gobierno impuesta por potencias extranjeras.

Finalmente, Maximiliano fue fusilado en el Cerro de las Campanas el 15 de mayo de 1867, después de proclamar:

“Perdono a todos y pido a todos que me perdonen y que mi sangre, que está a punto de ser vertida, se derrame para el bien de este país. Voy a morir por una causa justa, la de la independencia y libertad de México. ¡Que mi sangre selle las desgracias de mi nueva patria! ¡Viva México!”

Franz Lizt, al enterarse de la muerte de Maximiliano, siendo su admirador, se sintió apenado por su muerte y puso su talento para componer la Marche funèbre, En mémoire de Maximilian I, Empereur du Mexique —Marcha fúnebre en memoria del emperador Maximiliano de México— que fue publicada en sus Années de Pélerinage

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Esta obra de Liszt fue compuesta hacia el final de su vida, por lo que podamos notar su exploración con la atonalidad y con una experimentación armónica, sentando las bases para los impresionistas, como Claude Debussy.

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Así que Franz Liszt tuvo lazos más fuertes con nuestro país de  lo que muchos podíamos haber imaginado. Un facsímil de  Marche funèbre, En mémoire de Maximilian I fue dedicado por el propio Liszt a la Sociedad Filarmónica Mexicana.

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