Ixchel, Tulum, Yucatán, México
(Imagen: Jerónimo Avilez Olguín)

En el sur de México, en la península de Yucatán, una cueva inundada contiene los restos de Ixchel, una niña prehistórica que vivió hace 10 mil años. Medía 1.64 metros de altura, y su vida acabó de una manera  poco agradable, porque sufrió una infección bacteriana y con varios golpes en la cabeza. Su descubrimiento nos da pistas reveladoras de una vida corta y dura, así como la historia de los primeros habitantes de América.

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Ixchel es el nombre dado al esqueleto por el equipo internacional que descubrió que permanece, dirigido por geocientíficos de la Universidad de Heidelberg, Alemania. Los restos considerablemente bien conservados tienen características físicas que los distinguen de otros grupos de América, lo que puede arrojar luz sobre la historia de los primeros habitantes del continente.

El esqueleto del Pleistoceno fue descubierto en las cercanías de Tulum Quintana Roo, a unos ocho metros de profundidad en agua dulce y 1,141 metros de la entrada de la cueva Chan Hol, que en maya significa “pequeño pozo”, un cenote que se inundó como resultado del aumento del nivel del mar hace aproximadamente 8 mil años.

Ixchel es el tercer esqueleto de la era anterior a los mayas que se encuentra en la cueva Chan Hol, y tiene una antigüedad de entre 10 y 13 mil años.

Ixchel, Tulum, Yucatán, México 1
(Imagen: Eugenio Acevez)

Los esqueletos de Tulum ofrecen valiosa información arqueológica. Por ejemplo, todos ellos exhiben características craneales -mesocefálicas de cabeza redonda-, diferentes de la morfología de la cabeza larga -dichococefálica- de los indígenas de México Central y América del Norte, explica el profesor. Ixchel, llamado así por la diosa maya de la fertilidad, la sabiduría y la medicina, no es diferente.

Para los investigadores, la forma de la cabeza es una indicación de que al menos dos grupos morfológicamente diferentes de indígenas vivían en América del Norte al mismo tiempo. Pudieron llegar al continente americano desde diferentes puntos geográficos de origen. Pero, como escriben en la revista PLOS ONE, también es posible que un pequeño grupo de colonos tempranos viviera aislado en la península de Yucatán y desarrollara una morfología del cráneo diferente en un corto período de tiempo.

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Ixchel tenía aproximadamente 30 años al momento de su muerte. “Aparentemente encontró un final infeliz porque sufría de caries extensas y una enfermedad bacteriana grave, así como tres traumas en su cráneo”, dice Wolfgang Stinnesbeck, líder del equipo de investigación. De hecho, el cráneo de la joven tenía múltiples heridas y una posible infección bacteriana que causó una alteración severa de los huesos craneales. Al igual que los otros esqueletos de Tulum, los dientes tenían caries, posiblemente debido a una dieta alta en azúcar. En contraste, los dientes de la mayoría de los esqueletos paleoindios en el centro de México y América del Norte están desgastados y sin caries, lo que sugiere que comieron alimentos duros.” (Vía: BBC)

Por lo tanto, la historia de los primeros asentamientos en las Américas sería más complicada y podría remontarse antes de lo que se cree. Así que el descubrimiento de Ixchel abre las puertas a nuevas investigaciones sobre nuestros antepasados.

Con información de BBC

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