Los debates entre candidatos para la gubernatura de la CDMX han sido, en algunos términos, más interesantes que los presidenciales, sobre todo en su habilidad por soltar injurias y no protestas, pero esta vez se quiere frenar eso.

El Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) señaló que los moderadores son (y tienen que ser) capaces de detener a los participantes para que, en cuanto empiecen a descalificar, se detengan en caso de que no abone a la discusión, y para que se hable más de sus propuestas.

Aunque, claro, también Canal 11 busca que este show esté más nutrido y tenga más interés para el público que solo espera que Mikel saque un antidoping, Barrales se eche un pasito contra el Rébsamen o que Lore Osornio… bueno, que sea el turno de Lore Osornio.

Bajo el formato que se presentará para este debate, en cuanto un candidato ataque a otro, o sea simplemente nombrado, aunque no sea precisamente un ataque, se tendrán a los dos a cuadro para ver las caritas de villana de Purifición Carpinteyro.

Por supuesto que esto aumenta el morbo por ver un encontronazo, pero los moderadores tendrán la responsabilidad de hacer que esto no suceda, y que los candidatos respondan de manera expresa las preguntas que se les hacen.

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En segundo debate, Ricardo Raphael insistió bastante en que respondieran las preguntas, que eran ignoradas por seguir un protocolo propio de ataques sobre los demás participantes.

Quien más se vio embarrada de esto, por supuesto, fue la puntera Claudia Sheinbaum, siguiendo la lógica de la lucha política en la esfera publica.

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Sin embargo, esta no vio mermada su ventaja en la CDMX, por el contrario, su porcentaje de intención de voto en las encuestas subió, dándole más del 50% de posibles votos el primero de julio.

Sheinbaum podría ganar con más del 50% de voto en CDMX

Será la última oportunidad de los demás para convencer al electorado a través de su discurso, que no tienen que ser necesariamente propuestas. Pero la elección parece decidida desde hace mucho.

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Mikel Arriola, aunque en algún momento mostró una tendencia creciente, se desplomó tras el segundo debate, demostrando que la CDMX no comulga como ciudad con las ideas que pretende impulsar el priísta.

Alejandra Barrales es la más cercana a Sheinbaum, que le dobla el porcentaje de intención de votos en encuesta, y su última oportunidad podrá estar en sus propuestas, que es una estrategia que no ha seguido por buscar que se hable de los errores de la candidata de Morena, que en realidad no han afectado su imagen.

Con información de Reforma

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