En Estados Unidos, miles de niños y niñas han sido separados de sus familias a causa de la política de ‘cero tolerancia‘ hacia personas migrantes. No obstante, no solo al otro lado de la frontera ocurre esa separación: en México, los menores de edad migrantes son apartados de sus familias de forma cotidiana por autoridades migratorias. Así lo señalan especialistas de El Colegio de la Frontera Norte y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
La investigadora Gabriela Zamora, también colaboradora en un albergue de Monterrey, señaló que incluso los niños y niñas que viajan con hermanos, tíos o primos, son separados de sus familiares: “Como no son los padres o tutores legales del niño, entonces los separan, y es una gran problemática porque desde la perspectiva psicológica es traumático para el niño”.
“En Nuevo León, por ejemplo, no existe una estación migratoria. Entonces los pueden llevar a San Luis Potosí o Veracruz y ahí se pierde más el contacto con sus familiares”, señaló.
Las deportaciones sí se hacen en familia. Sin embargo, los menores son llevados a diferentes estaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) o, dentro de ellas, no se les permite permanecer junto a sus padres.
“En la mayoría de los centros migratorios visitados notamos que niños, niñas y adolescentes acompañados son separados de sus padres, madres y adultos con los que viajan”, apunta el informe del consejo ciudadano del INM.
Por disposición legal, no debería haber ningún menor recluido en estaciones migratorias: “El interés superior de la niñez debe llevar a que tanto el menor como los mayores salgan de la estación migratoria y vayan a un centro de atención especial”, declaró Edgar Corzo, Quinto Visitador de la CNDH. (Vía: Reforma)