Mujer admite problemas de salud por ser vegana y ahora ama la carne
A los 12 años de edad observó en la calle un gato destripado y ahí cambió su estilo de vida
Una mujer fue vegana durante 20 años, estilo de vida que le provocó varios problemas de salud por lo que ahora disfruta comer carne, decisión que abrió un serio debate en redes sociales.
Becket Arnold, una joven de Estados Unidos que decidió contar su historia al portal Newsweek, rechazó los productos de origen animal desde que era una adolescente.
Y es que a los 12 años de edad la mujer observó en la calle un gato destripado, ese fue el punto crucial en su vida que la hizo renunciar a la carne para convertirse en vegana.
“Al crecer nunca me importó mucho la carne. A medida que crecía, se convirtió más en una postura moral, pero para empezar, nunca la había disfrutado realmente”, declaró al medio estadounidense.
Foto: Instagram / @beckettla – Su estilo vegano la estaba enfermando
Becket dijo que nunca tuvo el apoyo de su familia, sobre todo porque su mamá se esforzaba en preparar platillos especiales para ella.
En su testimonio la mujer describe que durante su infancia y adolescencia desayunaba cereal, comía sándwiches y cenaba fideos simples, incluso ensaladas.
“Tomó un tiempo para que la falta de nutrición me alcanzara. Después de varios meses comencé a sentirme muy cansada y con poca energía”, aceptó.
Entonces, después de un tiempo, no tuvo más opción que acudir a hospital donde le diagnosticaron falta de hierro así que le recomendaron comerse un bistec.
Foto: Pixabay – Ahora ama la carne y hasta lo presume, pero los veganos le tiran “hate”
“Además me recetaron algunos suplementos alimenticios”, agregó.
Sin embargo la mujer decidió omitir la carne y continuar con su régimen alimenticio, pero con el tiempo la situación fue empeorando.
Así que después de muchos años su estilo vegano le generó caída del cabello, dientes flojos y uñas débiles, realmente su semblante era terrible.
Fue en ese momento en que decidió cambiar su vida. Y es que además estaba practicando una actividad que le requería un excelente estado físico.
“Me sorprendió lo dramático que fue el cambio, fue casi inmediato. Instantáneamente, mi piel se volvió más saludable y mi tez mejoró. En cuestión de días, mis uñas se engrosaron, mis dientes ya no estaban flojos y mi cabello comenzó a crecer normalmente”, concluyó.
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