Un grupo de mexicanos fue a Polonia para trabajar en una empresa que les ofrecía un buen sueldo. Desafortunadamente, fueron víctimas de una red de trata de personas que radicaba en Puebla. Esta red de trata esclavizaba a sus trabajadores durante tres años y pagaban a sus víctimas sueldos menores que en México.
En México la trata de personas aumentó en un 58 punto tres por ciento, tan sólo en enero y febrero se presentaron 93 víctimas. En general se trata de menores de edad que son prostituidas por sus padres. Sin embargo, también hay casos en los que las víctimas son trabajadores que buscan mejores oportunidades de empleo. Mexicanos fueron por un trabajo a Polonia y fueron víctimas de trata laboral.
Todo comenzó en una empresa llamada Euromexico Job encabezada por una mujer rusa llamada Katrzyna Sobczak. Ella reclutaba personas desde una oficina ubicada en Polanco, Ciudad de México (CDMX). A los trabajadores los convencía de trabajar en almacenes o empacadoras con sueldos y prestaciones atractivas. No obstante, una vez en el país eran sometidos a largas jornadas de trabajo cuya paga era menor que en México. Asimismo, eran obligados a trabajar en estas condiciones por periodos mayores a tres años. Casos similares se han presentado en lugares como Costa de Marfil, lugar en que un grupo de niños fueron víctimas de trata de personas.

En un principio los trabajadores mexicanos irían a Alemania, pero los encargados señalaron que por el cierre de fronteras era imposible. De manera que, fueron enviados a Polonia. En primera instancia, les prometieron 15 a 18 zlotys por hora, es decir, 79 a 95 pesos mexicanos. En segunda instancia, les ofrecieron turnos de ocho, diez u doce horas de trabajo. A cambio, ellos debían pagar su traslado, debido a la pandemia de Covid-19, los trabajadores aceptaron con tal de obtener una remuneración. Finalmente, sus turnos fueron mayores a doce horas, con un salario de 11 zlotys por hora.
Aunque, según estudios internacionales, el 72 % de las víctimas de la esclavitud moderna son mujeres, muchos hombres cabeza de familia caen ante estas organizaciones. En el caso de los trabajadores en Polonia, aunque muchos quisieron regresar a sus hogares, sus contratadores les aseguraron que tenían que pagar deudas de hospedaje y un contrato de tres años antes de regresar a su hogar.
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