En Australia, un niño de 12 años terminó pasando cuatro días en un hotel de lujo en Bali tras discutir con su madre. Suena como película de navidad gringa, y en realidad lo es, salvo que el final feliz tiene a la policía investigando a la familia.
Todo comenzó gracias a que el menor, Drew, discutió con su madre, quien le dijo que no podía ir a Bali como si quisiera ir a la tienditas de la esquina. Como la vida es un riesgo, este niño sacó el cholo que hay dentro de él y le robó la tarjeta de crédito a su mamá.
Una vez con ella en la mano, agendó un vuelo directo a Bali, al que pudo ir sin la compañía de un adulto porque simplemente necesitaba su pasaporte y la credencial de la escuela. Así, simplemente agarró su mochila (seguramente de Bob Esponja) y lonchera y salió a la aventura.
Claro que esta no fue una aventura como la que hacen todos los que van de mochilazo por cada carretera mexicana esperando que un tráiler les haga la parada y con suerte los deje cerca de su destino. Aprovechando que ya tenía la tarjeta, se alojó en un hotel de cinco estrellas, porque la vida es dura, pero las camas king size no.
Drew estuvo desaparecido durante nueve días, en los que nadie supo de su paradero… básicamente porque estaba sufriendo (disfrutando) la vida en otro país. Luego de que se difundiera la información de su apariencia, la policía de Bali lo encontró y lo devolvió con todo y tarjeta (y las deudas, claro que sí).
La Policía Federal Australiana lo regresó a su familia, que pasó más de una semana sin su hijo solo por haberle dicho “no”. Así mismo, se informó que no se le asignó ninguna ficha para evitar su futura salida del país ni se le canceló su pasaporte.
El chistecito le salió a su mamá en simplemente 8 mil dólares australianos, que es un aproximado de 12 mil pesotes mexicanos, que, por un viaje de una semana a un hotel cinco estrellas con un vuelo en primera clase, no suena nada mal (y esto no es un comercial de turismo para Bali o Australia).
Con información de The Telegraph
