Un medio estadounidense reveló un tercer informe en que asegura ubicar a sacerdotes del Vaticano y de Estados Unidos que utilizaron una aplicación de citas gay y bisexual. El nuevo escándalo incomodó a la Iglesia católica que se rehusó a dar declaraciones.
El blog católico y conservador The Phillar justificó su artículo en un análisis de datos celulares que exhibió a sacerdotes de múltiples niveles que usaban la aplicación de encuentros casuales entre homosexuales conocida como Grindr, documentó The New York Times.
Se describe que el primer informe, publicado a finales de julio, generó la renuncia del monseñor Jeffrey Burrill, el ex secretario general de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, quien no solamente habría utilizado la aplicación, sino fue detectado en bares y baños gay.
La segunda publicación difundida días después, señaló a clérigos de la Arquidiócesis de Newark, Nueva Jersey, aunque no reveló las identidades.
Mientras que este tercer informe, advierte que en 2018 al menos 32 celulares emitieron señales de la aplicación desde áreas del Vaticano a las que no pueden acceder turistas.
La utilización de Grindr por parte de los religiosos supondría una violación al voto de celibato.
“Si alguien que ha hecho una promesa de celibato o un voto de castidad tiene una aplicación de citas en su celular, puede meterse en problemas”, dijo Joseph Tobin, cardenal de Newark, durante un panel organizado a través de Zoom por la Universidad de Georgetown.
Además, el cardenal consideró que la recolección de datos celulares, habla de una ética cuestionable de los autores del artículo.
Opositores de la Iglesia vinculan el uso de Grindr a estudios que muestran a menores utilizando la aplicación, una combinación de homosexualidad y pedofilia. La vinculación no agradó a grupos de liberales católicos, fundamentando que se aprovechan del asunto para culpar de la crisis de abuso sexual a la presencia de hombres homosexuales en el sacerdocio, escribe el diario estadounidense.
El señalamiento del blog estadounidense The Pillar, se basó en un conjunto de datos derivado de señales de datos de múltiples aplicaciones de teléfono inteligentes que se recopilaron durante dos períodos de 26 semanas, uno en 2018 y otro afines de 2019 y principios de 2020.
Un portavoz del Vaticano informó que el 17 de junio se reunieron con representantes del medio estadounidense que publicó el informe pero que no responderían al respecto públicamente, mucho menos indicó si investigarían las acusaciones.
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