En 2011, mientras esperaba con contracciones a que naciera mi primera hija, en la cama de un hospital como dice la canción, vi por primera vez a una mujer parir. Estaba a unos metros de distancia, pero pude sentir su dolor físico. Y también lo fuerte que era.
Para el día de la madre, nuestras madres. "Historia ilustrada de la teoría feminista" de @melusinaed ❤❤ https://t.co/pMMWglFU3G pic.twitter.com/wpwUpZbZth
— Librería La Semillera (@LaSemilleraMad) May 3, 2018
Cuando nació su bebé, la vi sonreír. Ahora era mi turno. Entre agujas, sueros, sondas, la epidural clavada en la columna y una burbuja de fuego en la panza. ¿Cómo se atrevió alguien, alguna vez, a decir que las mujeres éramos débiles? Si el parto, en cualquiera de sus formas, es la cosa más heavy metal que había visto.
Desde entonces soy la mamá feminista. La que descubrió, a través de la maternidad, que seguía siendo la misma persona. Mi propia persona. Solo que, ahora, con el juicio de la sociedad encima por ser soltera, por ser tan joven, por ser ‘luchona’, por vestirme de negro, por salir con amigos, por trabajar, por tener novio, por ser bisexual.
¡Feliz día de la maternidad elegida!
Defendamos el derecho a ser madre por elección frente a una fecha cuyo origen pretendió frenar los esfuerzos de brindar educación sexual y la difusión de métodos anticonceptivos.— Ale QH (@agorathauma) May 10, 2018
Soy la mamá feminista que lucha contra los roles de género como meteoritos que amenazan con caer en la Tierra: “Sí, a las niñas también les gusta El Hombre Araña” o “Sí, los niños también pueden usar vestido si quieren”. A la que presionaron para ponerle aretes a sus hijas y decidió que solo lo haría cuando ellas lo pidieran. Si no, ¿cómo les voy a enseñar que su cuerpo es suyo y solo ellas deciden sobre él?
Cuando nació mi hija pequeña conocí la depresión postparto. Porque es posible sentirse inmensamente feliz y, a la vez, muy sola. Ahora sé que no era la única y que miles de mujeres, en este instante, pasan por lo mismo.
Ahora conozco la importancia de la tribu. De las amigas. De criar en comunidad.
Estaba pensando, a propósito del 10 de mayo, que siempre digo que soy feminista para que mis hijos crezcan en un mundo menos jodido. La verdad es que en el fondo espero que sea mi mamá la que un día decida que no es demasiado tarde para ella. Quiero un mundo mejor para mi mamá.
— Tania Tagle (@Tania_Tagle) May 10, 2018
Soy la mamá feminista que cree en la crianza respetuosa. Aunque el mundo aún sea adultocentrista y considere a niños y niñas personajes secundarios. O, peor aún, defienda el uso de la violencia para educarles. Soy la que ha tenido que esconderse para amamantar porque, a estas alturas, la lactancia sigue siendo tabú.
Como muchas, ahora conozco el techo de cristal contra el que chocan muchas mujeres que deciden ser madres. O el acceso no garantizado a atención médica y mucho menos al parto respetado: sé que muchas de nosotras vivimos violencia obstétrica en un momento de nuestras vidas que debió haber sido feliz.
Sé que el embarazo, el parto y la crianza son sumamente difíciles y ninguna mujer debería ser obligada a pasar por ello si no lo desea.
Le escribí una carta ilustrada a mi mamá para el día de hoy. Me tocó el tipo de mamá a la que tengo que decirle cosas dolorosas y, al mismo tiempo, cosas llenas de amor. La pueden leer aquí: https://t.co/S71tZscwyX A través de @VICEenEspanol pic.twitter.com/PwQ3ZIDbQy
— Ana Karenina (@Kare_ninja) May 10, 2018
Ahora soy esa mamá feminista que sabe que no está sola: somos muchas. Todas navegando en un mar de estereotipos, luchando junto con nuestros hijos e hijas contra los roles que nos quieren endilgar. Visibilizando nuestros problemas, apropiándonos de aquello que las madres tenían prohibido hacer. Estamos juntas en esto. Y creo que vamos ganando.
Gabriela Castillo ⎢ @gabyzombie