La política mexicana tiene casi las mismas partes de ironía, tragedia y película de los hermanos Almada… Esta vez, el “triste pero cierto” corre por cuenta del PRI: de entre los diputados priístas que el pasado viernes gritaron el infame “eeeeh puto!”, había seis diputadas que forman parte de las comisiones de Equidad de Género y Derechos Humanos.
El viernes pasado, como ya te contábamos, la bancada del PRI decidió que era gracioso jugarle al homófobo y gritar el ya infame “eeeh puto!” al diputado morenista Ariel Juárez, luego de que éste acusara a su coordinador de bancada, César Camacho Quiroz, de ser corrupto.
No vamos a ponernos a decir si el grito es o no homófobo, porque lo es, no importa cuántas vueltas le den nuestros queridos lexicógrafos de la misoginia y la homofobia: cuando hasta la FIFA, acusada en tribunales internacionales por corrupción, misoginia y mil cosas más, reconoce la carga de odio de un grito, es que la cosa está mal y lo que sigue.
La conversación respecto a lo que hicieron los y las diputadas del PRI llegó incluso al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), que a través de un comunicado condenó como “doblemente gravoso” que el grito se haya dado en un supuesto recinto democrático en el que debiera de existir respeto e inclusión para todos.
Plumas Atómicas buscó a las diputadas señaladas por varios medios como quienes “encabezaron” el grito homófobo para defender a su coordinador de bancada. Las oficinas de la diputada priísta por el distrito 2 de Chetumal, Arlet Mólgora Glover, integrante de las comisiones (y aquí viene el chiste) de Alerta de Género y del Comité del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género nos respondió con una justificación: la diputada no dijo “puto”, dijo “bruto”, lo que hace eco a un video que compartió en Facebook, no como una declaración oficial, sino como… bueno, juzguen ustedes, queridos lectores.
Ajá: “bruto”, no “puto” es la defensa de una integrante de comisiones que, supuestamente, trabajan por legislar para minorías y grupos vulnerables.
Las oficinas de la diputada Jasmín Bugarín, priísta de Nayarit, con carrera en diversas instituciones para la Mujer en su estado, también fue señalada, intentamos ponernos en contacto con ella o un representante para una posición oficial y, simplemente, prometieron devolvernos la llamada (seguimos esperando).
Sin un posicionamiento oficial y nada más que un “es que la diputada no dijo esa palabra, sino ‘bruto'” no nos queda otra cosa más que preguntarnos (porque seguimos esperando la llamada de las dos diputadas) si de verdad no se dan cuenta que participar de una actividad grupal tan cargada de homofobia deja de lado lo que individualmente dijeron, pudo haber dicho “fruto” pero la carga de discriminación desde la que nació esa “porra” la mantiene unida al mensaje de odio.
Quizá, y sólo quizá, queda peor si no dijo “puto”, ¿no?