Parece que hay personas que simpatizan con los cárteles mexicanos al punto de proponer a los líderes al Premio Nobel de la Paz por su labor de llevar la tranquilidad a ciertas zonas del país.

Esta propuesta la hizo Delia Quiroa, presidenta del colectivo 10 de marzo que organiza a madres buscadoras de familiares desaparecidos. Mediante un comunicado buscó llegar a un acuerdo para detener las desapariciones en México y proponer a los líderes a dicho galardón.

Si ustedes nos ayudan a pacificar el país, prevenir y parar las desapariciones forzadas en México, yo, y maestros en derecho que colaboran conmigo, los propondremos como candidatos a ganar el Premio Nobel de la Paz 2024″, informó.

Argumentó además que este premio debe otorgarse a aquella persona que trabaje más o mejor en favor de la fraternidad nacional y promocione los acuerdos de paz, basándose en el testamento de Alfred Nobel.

Delia Quiroa aseveró que el gobierno ya no tiene capacidades para “gobernar”, y por el contrario, son los cárteles los que ponen orden en la región, evitando que se cometan más delitos.

“Han sido víctimas del gobierno al igual que nosotros, es tiempo de evolucionar nuestras conciencias y construir un país de paz (…) Las personas en México jamás se meterán con ustedes, pero sí necesitamos que esta violencia incontrolable pare por el bien de todas y todos los mexicanos“, agregó.

Proponen a líderes de cárteles mexicanos al Premio Nobel de la Paz
Delia Quiroa es quien quiere hacer realidad que se lleven el galardón (Foto/Twitter: @DeliaQuiroa) Credit: (Foto/Twitter: @DeliaQuiroa)

¿Quién es Delia Quiroa?

Delia Quiroa es una madre buscadora que ha llamado la atención por sus constantes mensajes hacia el crimen organizado con el objetivo de permitir que su colectivo pueda buscar a familiares.

Meses atrás solicitó a líderes que les permitieran continuar con la búsqueda de personas en zonas de alto riesgo. Originaria de Reynosa, Tamaulipas, Delia Quiroa llamó al colectivo 10 de marzo por ser la fecha en que secuestraron a su hermano Roberto y a su madre, siendo esta la última vez que supieron de él en 2014.

40 días después del secuestro, liberaron a su madre, pero no al hermano a quien buscó hasta en casas de seguridad de cárteles. Sin embargo, en su búsqueda junto a policías, lo que hallaron fue botes con ácido, máquinas para cortar carne, así como fosas clandestinas que la llevaron a unirse fundar el colectivo.

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