Snapp, la aplicación uber que cambió Irán.

En Teherán, la capital de Irán, lo común es compartir el taxi; los viajes privados eran una costosa extravagancia. Ahora una aplicación móvil está cambiando ya no sólo la forma de viajar, al ofrecer viajes privados; también está cambiando el tejido social de la cuidad al permitir que las mujeres conduzcan. (Vía: The Guardian)

Se llama Snapp y es el equivalente iraní a Uber. Su auge ha sido tan amplio que incluso se ha ganado por derecho propio un verbo de uso cotidiano. Antes del auge de esta aplicación los iraníes decían darbast para referirse a los viajes de taxi que se hacían a puerta cerrada, sin compartirse. Ahora los viajes a puerta cerrada son snapps. 

Esta historia empezó por el miedo de las grandes compañías a recibir represalias económicas y políticas por introducir sus servicios en Irán. Solución: no pisar el país asiático. Su ausencia promovió un boom local de desarrollo tecnológico.

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En servicios online, Irán cuenta hasta con su propia exitosa versión de Amazon, pero también han desarrollado servicios menos comunes en Occidente, como una exitosa lavanderia online.

Ese boom tecnológico motivó al informático Shahram Shahkar a volver a su país. Abandonó Irán a los 17 años para vivir en Inglaterra y Canadá. Con una vida hecha en el país anglosajón, dejó su trabajo en informática para regresar a Irán y abrir un negocio. 

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Todo mundo lo juzgó como loco. Sin embargo, el ahora dueño y fundador de Snapp cuenta con 500 empleados; el año pasado tenían 60. A sus 32 años es uno de los empresarios emprendedores más respetados de Teherán.

Snapp cuenta con cinco millones de pasajeros registrados. Para ganar tantos pasajeros por supuesto se hecho de enemigos, como los taxistas del sistema común de taxis compartidos.

Sin embargo, lo más interesante de este sistema es que permita a las mujeres pedir viajes solitarios en coches conducidos por mujeres.

Aunque con claras restricciones, Irán es un país relativamente liberal en esos aspectos a comparación de otros países musulmanes como, por ejemplo, Arabia Saudita, donde las mujeres tienen prohibido manejar. Sin embargo, ver mujeres trabajando detrás de un volante no es tan común en el país asiático pero a casi todos entusiasma.

Snapprose es el servicio de Snapp donde las mujeres conducen exclusivamente para mujeres y niños. Por un lado, las conductoras ganan una libertad económica que antes era difícil de concebir; por el otro lado, las mujeres de familias conservadoras pueden ejercer la libertad de movimiento sin ponerse en un dilema moral.

En sociedades donde el ejercicio de las libertades físicas puede ser un desafío legal, las herramientas que ofrece el internet tienen repercusiones inimaginables.

 

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