Aunque la Lepra en México disminuyó su presencia en los últimos años, el padecimiento se concentra en seis estados: Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Nuevo León y Coahuila.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en 2018 se registraron 388 pacientes. De ellos, 102 fueron casos nuevos y el resto se encuentra en tratamiento médico.
Dichas cifras ubican a México entre las naciones que están por desestimar a la lepra como un problema de salud pública. De hecho, existe un caso por cada 10 mil habitantes.
Lo anterior, se reveló en el marco del día mundial del padecimiento que se conmemora el último domingo de enero. Al respecto, autoridades de salud exhortaron a no bajar la guardia frente al diagnostico.
Y es que por su prevalencia tan baja se cree que la lepra ya no existe en México. Sin embargo, se tienen zonas endémicas. De ahí su importancia por conocer los síntomas de la enfermedad.
Los especialistas informaron que el padecimiento contagioso es ocasionada por un tipo de bacilo que puede afectar a cualquier personas aunque es más común en hombres jóvenes. Además, la lepra es crónica y el período de incubación puede variar de 1 hasta 20 años.
La enfermedad se clasifica en dos tipos: lepra lepromatosa y lepra tuberculoide, así como dos grupos de casos (indeterminados y dimorfos). En general, tiende a afectar ojos, piel y nervios periféricos.
La lepra tiene manifestaciones clínicas distintas. En el caso de la tuberculoide se pueden presentar manchas blancas, sin sensibilidad. En la lepromatosa, las lesiones tienen forma de nódulos que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
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