Hace 16 años, el 2 de julio del 2000, el Partido Revolucionario Institucional perdió la elección presidencial. Por primera vez, desde la Revolución, México vivió una alternancia pacífica del poder. El triunfo de Vicente Fox se concibió como un hecho simbólico que cambiaría el rumbo del país.

Desde su fundación, en 1929 el PRI convivió con partidos de oposición, legalmente registrados, pero sin ninguna competencia electoral. La oposición, poco a poco fue ganando espacios políticos. El crecimiento de los otros partidos fue tal que llegó el día en que no podía garantizar su continuidad en la Presidencia. En el 2000, cuando el PRI pierde en las urnas la Presidencia, se celebró la alternancia política, se parecía el inicio de una nueva época.

Alternancia

La posibilidad de derrotar al PRI y el carisma de Vicente Fox aglutinaron a muchos sectores que, sin importar la simpatía partidista, exigían un cambio democrático. Sin embargo, un gran candidato, no necesariamente es un buen gobernante.

Las expectativas eran altas; se pensó que haría cosas importantes, que su figura sería tan trascendente como Nelson Mandela. Pero no estuvo ni cerca de lograrlo; no se le recuerda por alguna gran obra. En el mejor de los casos, como alguien ridículo, que no estuvo a la altura de la situación.

Es uno de los presidentes más ignorantes que ha tenido México, un honor bastante disputado en los últimos tiempos. Lo recordamos como aquel que reconocía a los hermanos José y Clemente Orozco, que aludía al premio nobel Carlos Fuentes, que cita a José Luis Borges o que presumía sus botas de charol.

Fox y las botas de la alternancia

No pudo cumplir casi ninguna de sus promesas de campaña. No logró hacer un acuerdo migratorio o que la economía creciera 7% al año, mucho menos solucionar el conflicto de Chiapas en 15 minutos. En campaña prometía no aumentar los impuestos, pero, apenas llegó a la Presidencia propuso poner IVA a medicinas y alimentos. También prometió meter a a la cárcel Carlos Salinas, sin embargo,  liberó a su hermano, Raúl Salinas.

Su sexenio tuvo mayor ingreso que el país había tenido en su historia por la venta de petróleo, pero lo dejó con la deuda más grande. El propio Fox llegó a añorar los tiempos del PRI. Resultó que gobernar era mucho más que repetir frases pegadoras. Después de la alternancia aumentó la pobreza y la desigualdad social, creció el desempleo, la economía se estancó, sin contar que ha habido grandes escándalos de corrupción.

La desilusión de la alternacia

La desilusión que ha provocado la alternancia es una de las razones por las que el PRI recuperado la Presidencia. Es sumamente preocupante que una de las instituciones más confiables del país, como lo era el IFE, hoy sea una de las más cuestionadas. Hemos aprendido que se requiere mucho más que ganar una elección para concretar los cambios que requiere este país. ¿Quién dijo que las penas con PAN son menos?

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *