COVID-19: La pandemia reguló la plaga de ardillas en campus de la UNAM
Muchas ardillas fallecieron sin los alimentos que a menudo recibían por parte de los trabajadores y alumnos de la UNAM
Recientemente, autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han señalado que la pandemia reguló la plaga de ardillas que se presentaba en diversos campus de la universidad. Estos animales habían proliferado debido a que los estudiantes y trabajadores les proporcionaban comida a los animales.
La pandemia de Covid-19 ha tenido un impacto extraño en la comunidad animal. Desde la dispersión del virus observamos que algunas especies retomaron sus territorios. Algunas más fueron desplazadas, tal es el caso de las ardillas que rondaban en el campus de la UNAM. Antes de la pandemia era común ver a estos animalitos por todas partes. Algunas robaban la comida de los estudiantes y los trabajadores. Hay quienes aseguran, las ardillas hurtaban los celulares y pertenencias varias de los jóvenes.
Tlacuaches, ardillas y hasta zorros habitan en la @REPSA_UNAM. #UnGOYApara las especies que viven ahí pic.twitter.com/xC7i4949vd
— UNAM (@UNAM_MX) November 11, 2017
Las ardillas también destruían parte del inmueble de la universidad. Por ejemplo, mordían el cableado de la luz y del internet. Los responsables del centro universitario no encontraban una solución certera ante la plaga. Una que no implicara algún tipo de maltrato animal. Afortunadamente para las autoridades universitarias, la pandemia de Covid-19 trajo consigo la solución. Recordemos que en México hay dos estaciones principales: la seca y la de lluvias.
La población de ardillas en la UNAM se redujo. (Imagen: Pixabay)
Durante la la estación seca las ardillas experimentaban bajas en su población por la falta de alimentos. En la estación lluviosa recuperaban las bajas, asimismo, entraban en etapa de celo una vez al año. Bajo esas condiciones la población podía sobrevivir en las instalaciones de la UNAM. Además la presencia de 360 mil estudiantes y 40 mil profesores les aseguraba comida.
Cuando los alumnos y trabajadores alimentaban a las ardillas, también alteraban los ciclos reproductivos de las mismas. Esto se tradujo en un aumentó incontrolable de la población. Una vez que se suspendieron las clases, las ardillas vieron alterado su ciclo, por lo que, comenzaron a fallecer.
“Empezó el olor a bicho muerto en algunas dependencias, porque muchas quedaron atrapadas al suspender las clases y clausurar los edificios“, aseguró uno de los trabajadores de la UNAM.
En redes sociales hay quienes festejan el descenso de la población de ardillas y otros más lo lamentan.
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