Trump prometió que se terminaría la política de “cero tolerancia” que dio pie a la separación de más de dos mil menores de sus padres, lo que no dijo es el costo humano que tendría el “reunirlos”. Ahora, el Departamento de Seguridad Interior (DHS por sus siglas en inglés) les dice a los padres que se podrán reunir con sus hijos sólo si forman una ‘deportación voluntaria’ y regresan con ellos a sus países de origen.
As of today, more than 2,000 children remain separated from their parents.
— Senator Dick Durbin (@SenatorDurbin) June 25, 2018
Also as of today, the President has continued to verbally attack immigrants and demand deportations without due process. He lacks the compassion to help solve the humanitarian crisis he created.
De acuerdo a testimonios recolectados por varios medios estadounidenses, el último giro sorpresa de esta crisis humanitaria ha sido, si bien no sorpresivo, sí lo suficientemente cruel como para levantar más alerta entre organismos de derechos humanos y de defensa migrante.
La intención del DHS es sembrar miedo y desincentivar la petición de asilos de los migrantes centroamericanos, para ello, están buscando ‘convencer’ a los padres que ya han sido separados de sus hijos que podrán reunirse con ellos sólo si abandonan su petición de asilo y firman una ‘deportación voluntaria’. (Vía: Vox)
Tenemos que hablar de la crisis humanitaria en la frontera con Estados Unidos
Sin embargo, medios como el Texas Tribune y el Houston Chronicle han reportado casos de padres que han sido deportados sin sus hijos, que no los encuentran o que han sido deportados solos sin sus padres al país de que escaparon para salvar su vida.
Eso sin hablar de los muchos casos de padres y familias enteras deportadas que sólo han regresado a sus países a morir a manos de quienes huyeron en primera instancia.
Así, la administración Trump está utilizando a los niños como rehenes, algo que ha hecho desde el primer momento que se puso en acción esta medida inhumana. Primero, los niños eran su garantía de una discusión en el Congreso para obtener presupuesto para el muro fronterizo que nunca se hará; ahora, son la herramienta de cambio para que cada uno de los padres detenidos sea forzado a regresar.
Si algún padre quisiera continuar su proceso de asilo (que tiene todo el derecho de hacerlo, pues es un derecho humano fundamental), se le asegura que no verá a su hijo hasta que termine de definirse su situación migratoria. Además, ya que al momento de ser separados, DHS cataloga a los niños como “menores no acompañados”, los niños tendrían que seguir ellos mismos su juicio de asilo. (Vía: Vox)
DHS insiste en que ellos no condicionan a los padres a firmar, que ‘los dejan hacer libremente su decisión’, sin embargo son ellos mismos los que los separan a sus hijos sin más información sobre qué va a ser de ellos.
Este es el panorama que han alentado e impulsado desde comienzos de la administración Trump asesores como Stephen Miller, políticas migratorias que, seguramente, quedarán en la memoria de los Estados Unidos y el Mundo. Y no para bien.