El viernes pasado el barco de ayuda humanitaria Aquarius recogió a 141 migrantes en las costas de Libia. De ahí han emprendido el viaje hacia Europa sin tener certidumbre sobre dónde habrán de atracar. El domingo, desde aguas internacionales, solicitaron refugio para los migrantes que viajan a bordo y no han tenido una respuesta satisfactoria. (Vía: El País)

En su anterior viaje, a mediados de junio, el MV Aquarius atracó en Valencia. Ahora, como Pedro Sánchez al frente del gobierno español, puede que llegar a costas españolas no vaya a ser la mejor opción para el barco que navega con bandera de Gibraltar.

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Imagen: Especial

España ya rechazó la petición del barco operado por Médicos Sin Fronteras, alegando que su país no representa “el puerto más seguro”, según la ley, pues representa el destino más lejano para la embarcación. Por otro lado, el puerto francés de Sete dijo que ellos recibirían el barco, siempre y cuando esta llegada sea aprobada por el gobierno francés. 

Ahora mismo, Aquarius ya cuenta con el no definitivo de Italia y Malta. Dependerían de que España o Francia dieran su brazo migratorio a torcer.

En redes sociales, las opiniones son divididas. Mientras múltiples usuarios creen que el barco debería atracar en España, muchos otros ven en la llegada del barco un episodio más de la presunta amenaza migratoria.

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Imagen: Especial

El problema no tanto dónde podría atracar el barco, sino qué pasaría después con los migrantes a bordo. Quien lo reciba, se comprometería a recibir a los migrantes al menos por unas breves semanas. La vez pasada, los más de 600 migrantes que llegaron a Valencia recibieron, por ejemplo, un autorización para permanecer en España durante 45 días por razones humanitarias. (Vía: Público)

En aquella ocasión viajaban 68 menores de edad en el barco, de los cuales más de 40 iban sin familiares que pudieran responder por ellos.