Las celebraciones de Día de Muertos y Halloween son ampliamente conocidas a nivel mundial. Ambas provienen de tradiciones milenarias y hablan sobre la visión que algunas culturas tienen sobre la relación entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Y a pesar de que ambas se festejan en fechas similares, cada una tiene características específicas.
El Día de Muertos
El Día de Muertos es sin lugar a dudas, una de las fiestas populares más emblemáticas de nuestro país. Esta festividad, cuyo origen se remota a la época precolombina, se celebra los días 1 y 2 de noviembre. Su objetivo principal es honrar a los muertos a través de ofrendas, altares y diferentes rituales.
La celebración del Día de Muertos como la conocemos hoy en día, es la fusión entre lo precolombino y lo colonial. Por una parte, las festividades de Miccailhuitontli o fiesta de los muertitos y Ueymicailhuitl o fiesta de los muertos grandes que las civilizaciones precolombinas llevaban a cabo. Y por otra, las celebraciones católicas del Día de Todos los Santos y del Día de Todas las Almas traídas por los españoles durante la época colonial y que los pueblos mesoamericanos adoptaron posteriormente.
Conforme a la tradición precolombina, la muerte es una etapa más dentro del ciclo natural de la vida. En ese sentido, las personas fallecidas seguían siendo consideradas parte de la comunidad. Por ello, los mantenían vivos en memoria y espíritu, y el Día de los Muertos regresaban temporalmente a convivir con los vivos.
Esta festividad, es de tal trascendencia que hoy en día es considerada como uno de los símbolos más representativos de la cultura mexicana. Incluso, la UNESCO la incluyó en su lista como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en 2008.

Halloween
El Halloween, cuya palabra proviene del All Hallows’ Eve (La Víspera de Todos los Santos), es una celebración que se realiza el 31 de octubre en diversas partes del mundo. Esta festividad tiene su origen en la cultura celta, en el antiguo festival conocido como Samhain que se celebraba al terminar la temporada de cosechas en Irlanda y daba inicio al nuevo año celta.
Para los celtas, el Samhain, que significa “fin del verano”, era el momento del año en el que las fuerzas del inframundo ascendían al mundo de los vivos, incluidos los antepasados muertos. En esta fecha, las personas honraban e invitaban a sus casas a los familiares fallecidos mientras alejaban a los espíritus malignos. De ahí la tradición de usar disfraces y máscaras para hacerse pasar por almas malvadas y evitar que espíritus indeseados entraran.

Diferencias entre ambas tradiciones
Aunque ambas festividades consideran que hay un momento específico del año en el que las almas de los muertos regresan temporalmente al plano terrenal, existen algunas diferencias entre ellas que enumeraremos a continuación:
Lo que representa
El Día de Muertos, está ligado a la concepción de algunos pueblos precolombinos de que la muerte no es el final de la vida sino la continuación de un ciclo natural. Por ello, la muerte no es motivo de tristeza sino una razón para celebrar la presencia viva que ha trascendido hacia la eternidad. Coincide con los rituales realizados a los dioses de los muertos y por eso, esta celebración está enmarcada en una cosmovisión mucho más amplia sobre la muerte y la relación que los vivos tenemos con ella.
Mientras que para los celtas, lo que ahora conocemos como Halloween, era una ocasión dedicada a la celebración del final del verano y las cosechas irlandesas. También era un momento que daba paso al nuevo año celta. De acuerdo con esta creencia, el 31 de octubre, la línea entre el inframundo y el mundo de los vivos se debilita. Por ello, espíritus malignos y personas fallecidas ascienden al mundo de los vivos y conviven con los mortales durante la noche de ese día.
Cómo se celebra
Actualmente, el Halloween, también conocido como “Noche de Brujas“, se festeja en hogares de Estados Unidos, Canadá y en algunos países europeos. La celebración consiste en adornar las casas con motivos alusivos a la fecha, usando los colores naranja, negro y morado principalmente.
De igual forma, es común el uso de disfraces atemorizantes cuyo fin es alejar a los espíritus malignos que regresan en esa noche. También sirve para que los niños, acudan casa por casa para pedir dulces con la frase: Trick or Treat (Dulce o truco, como se ha popularizado).
Por su parte, la celebración de Día de Muertos es diversa y se festeja de diferente manera dependiendo de la región del país. Sin embargo, en su mayoría, consiste en el montaje de altares dentro de los hogares en los cuales son colocadas fotografías de los familiares muertos, así como objetos que en vida valoraban.
De gran importancia es la colocación de una ofrenda de muertos. Dicha ofrenda es una representación que ayuda a las almas a regresar temporalmente con los vivos. En este tributo a los muertos se incluyen los alimentos y bebidas que los difuntos más disfrutaban en vida. También se agregan flores de cempasúchil, flor típica de la temporada, velas, papel picado, pan de muerto e incienso. De igual forma, se incluye sal, una cruz y las tradicionales calaveritas ya sea de azúcar, amaranto o chocolate.
Si bien, existen regiones del país en la que los festejos comienzan desde el 28 de octubre, en la mayor parte de México, las celebraciones se realizan los días 1 y 2 de noviembre. El día 1 (Día de Todos los Santos), está dedicado a honrar a los niños que murieron por diversas razones como accidentes o incluso sin ser bautizados. Mientras que el día 2 (Día de Todas las Almas), está dedicado a los muertos adultos.

También es común ver a los niños salir a la calle el día 1 de noviembre “pidiendo calaverita”. Anteriormente, se les daba dinero pero cada vez es más frecuente que los niños reciban dulces en esta fecha.

Dos tradiciones que coexisten
Actualmente, es común ver en las calles, mercados y centros comerciales de todo el país, disfraces y decoraciones de Halloween venderse a la par de los artículos propios del Día de Muertos.
Los mexicanos han adoptado la celebración de Halloween sin dejar de lado la tradición de honrar y recibir a los muertos a través del Día de Muertos. De hecho, esta festividad puede considerarse como una de las más arraigadas en nuestro país.