Un equipo de investigadores afiliados a varias instituciones en Italia ha encontrado un posible vínculo entre los aumentos en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de las aguas subterráneas y los terremotos en los Apeninos de Italia.
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En su artículo publicado en la revista Science Advance, el grupo describe su estudio de una década sobre las emisiones de CO2 en el área y lo que aprendieron sobre ellas.
Investigaciones anteriores habían demostrado que el dióxido de carbono en el aire puede quedar atrapado en las rocas. Las rocas resultantes se conocen como carbonatos. Además, el CO2 en esas rocas puede ser liberado por el calor del interior de la Tierra y otras fuerzas tectónicas.

Cuando se libera el carbono, tiende a ser secuestrado en bolsas subterráneas o en depósitos subterráneos. El carbono que ingresa a tales depósitos a menudo termina en el nivel freático cercano (una de las capas superiores del manto terrestre) y puede subir a la superficie a través de manantiales.
En este estudio, los investigadores analizaron las fluctuaciones en la cantidad de CO2 que se libera del agua de manantial en varios sitios de los Apeninos cerca del sitio del terremoto de L’Aquila de 2009. Lo hicieron recolectando muestras durante los años 2009 a 2018.

Como parte de su estudio de las muestras que recolectaron, los investigadores también observaron datos sísmicos que, además de los eventos sísmicos normales, también mostraron ocurrencias de varios terremotos pequeños. Descubrieron que los niveles de emisiones de CO2 del agua de manantial en el área aumentaron cuando hubo terremotos y luego disminuyeron nuevamente después de que los terremotos terminaron.
Más específicamente, encontraron que cuando ocurrieron terremotos de magnitud 6 o más en la escala de Richter, los niveles de emisión de CO2 aumentaron a un promedio de 600 toneladas métricas por día. Durante los períodos tranquilos, las emisiones de CO2 en la misma área fueron típicamente entre 400 y 500 toneladas métricas por día.
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Los investigadores sugieren que la presión creada por los aumentos en el gas CO2 subterráneo podría ser el factor que desencadena los terremotos. Sugieren además que si el CO2 desencadena algunos terremotos, medirlo podría ser una forma de predecir algunos de ellos. También señalan que sus hallazgos destacan una fuente de emisiones de carbono a la atmósfera que debe agregarse a los modelos de calentamiento global.
Con información de Science Advance