Hace poco más de dos meses, el cuerpo del joven de 17 años fue encontrado calcinado, luego de un incendio en la fábrica de producción de Kayser, en Renca. Sin embargo, ni su familia, ni sus amigos, ni el resto del país cree que ésta haya sido la causa de su muerte. Sus seres queridos siguen buscando respuestas de qué fue lo que realmente le pasó al muchacho, mientras que toda la información que se les entrega es incompleta y difusa.
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Frente al colegio de varones Presidente Alessandri, ubicado en la comuna de Independencia, familiares, amigos, y vecinos de Yoshua Osorio Arias (17) se reunieron el domingo 15 de diciembre para honrar la vida de su fallecido ser querido, quien estudió desde quinto básico en el establecimiento. Amarrada a la reja de la entrada, había una gigantografía de una foto del joven, acompañada del texto “Yoshua por siempre”, y un corazón rojo. En medio de la plaza frente al colegio, estaba un toldo azul y dos parlantes grandes, de los cuales suena música suave, ambientando a las más de 40 personas que decidieron atender al tributo.

Dos jóvenes de la Asamblea Territorial Población Juan Antonio Ríos, Belén y Marco, se presentaron como los organizadores del homenaje. Establecieron que la razón del memorial es la conmemoración de casi dos meses de la muerte de Yoshua, además de las otras 25 personas que fallecieron durante el contexto de la crisis social. Mencionaron ciertos detalles del fallecimiento de Yoshua: fue el 20 de octubre, su cuerpo fue consumido por las llamas de un incendio en la fábrica de producción de Kayser, una marca de ropa íntima y de dormir, en la comuna de Renca. Sin embargo, Yoshua poseía tres orificios en su tórax, hecho que no fue investigado a fondo ni por el Servicio Médico Legal ni por la Fiscalía. Compartieron la información inicial que fue entregada por los medios de comunicación y la Fiscalía: Yoshua habría fallecido en medio de un saqueo a la fábrica, pero, tanto la asamblea, como sus familiares, amigos, y vecinos, tienen altas sospechas de ese veredicto.

Como asamblea, tenían una declaración preparada, la cual decretó que el gobierno de Chile ha tenido un actuar criminal frente al pueblo que se ha manifestado en las calles, declarando una guerra contra “un enemigo poderoso” que terminó solo siendo los ciudadanos exigiendo dignidad. La asamblea identificó al presidente Sebastián Piñera como principal culpable de los abusos a los manifestantes, junto con la clase política en general y las fuerzas policiales. “Sabemos que la única forma de poder conseguir la verdad de lo que le pasó a Yoshua es en la calle,” concluyeron.
El memorial siguió con la presentación musical de dos vecinos de la población, quienes interpretaron “El derecho de vivir en paz”, del cantautor chileno Víctor Jara, dedicada a Yoshua y a todos quienes se manifiestan, junto con una canción original. Un amigo y ex compañero de Yoshua tomó lugar en el pequeño “escenario”, quien también le dedicó una canción a Yoshua, la cual ambos solían escuchar. Otro vecino se acercó a rendir tributo musical, con una canción original, escrita sobre el contexto sociopolítico actual. Al finalizar, comenzaron los discursos.
Américo Parra fue profesor de Yoshua durante un año, pero mencionó que jamás se olvidaría de él. “Me mataron a uno,” dijo para comenzar. Destacó su personalidad alegre y juguetona, sus ganas de aprender, sus rasgos parentales en relación a su familia. “Su madre Solange, sus hermanas Nayadeth y Nicole, y sus sobrinos lo eran todo para él”, recordó el profesor. “Lo vi siempre un poco mayor que el resto, un paso adelante.” Américo distinguió su talento musical en la batería, y se refiere a sí mismo como un amigo que lo guió, no como un docente que reprimió. “Yo lo recuerdo como un gran ser humano,” finalizó. Sus amigos y ex compañeros, Felipe Pérez y Jason Bruna, se acercaron al micrófono para entregar un par de palabras sobre Yoshua, las cuales coinciden con lo que dijo el profesor: Yoshua era alegre, buen compañero, buen amigo, gran bromista, bueno para los deportes, en especial el fútbol. No tenía problemas con nadie.
Cuando los tres discursos finalizaron, se acercó otro amigo de Yoshua, conocido como Daga. Él mencionó que Yoshua era uno de sus mejores amigos, y que la noche del 20 de octubre, tuvo un sueño en el que él se le acercó a despedirse, y a pedirle que cuidara de su familia. Daga decidió plasmar su experiencia en una canción, junto con una relacionada con el contexto social.

Al finalizar la intervención de Daga, se acercó una de las personas más importantes para Yoshua: Solange Arias (52), su madre. Solange agradeció el apoyo que le ha entregado la comunidad tanto a ella como a su familia, para poder sobrellevar el dolor que llevan. “En estos momentos hay gente que nos apoya, como gente que nos ataca,” comentó en relación a la imagen que se ha difundido de su hijo en los medios de comunicación y redes sociales, la de un delincuente, un saqueador. Solange se refirió a que, desde la muerte de su hijo, se ha formado una familia masiva en las manifestaciones, en la que “todos y cada uno lleva a Yoshua en su corazón, en su mente, en su día a día.” “Tenemos que aprender a caminar otra vez, volver a empezar de nuevo sin Yoshua” mencionó, con lágrimas en los ojos, reflejando las del público. Entre medio de más lágrimas, la mujer estableció que cambiaría su vida por la de Yoshua, que ella debía morir antes. “Yo como madre quiero justicia, y me voy a encargar, hasta el día de mi muerte, en hacer justicia por Yoshua,” finalizó.
Frente al colegio, dos vecinos instalaron una placa de mármol en el suelo, en la cual renombraron el sector como “Plaza Yoshua Osorio Arias”, junto con una de metal en un pilar de la misma. La primera asimila una tumba, con su fecha de nacimiento y de muerte, junto a las palabras “Asesinado por la represión estatal, exigimos verdad, justicia y castigo.”
“La luz que nos dejaste es la lucha de todos,” se afirma como verdad, tan firme como el material en el que está inscrito.
El pequeño gran hombre
Yoshua Patricio Osorio Arias nació el 19 de julio del año 2002 a las 23:32 horas, siendo el hijo menor de Patricio Osorio (43) y Solange Arias. La relación de ambos concluyó temprano, y Patricio se mantuvo algo alejado de la vida de su hijo, dejando a Solange con el rol de madre y padre. Yoshua, su madre, y sus hermanas Nayadeth Rojas (28) y Nicole Rojas (25) habían compartido hogar desde su nacimiento, en el pasaje Pilcomayo de la comuna de Renca. Con el paso del tiempo, se sumaron los hijos de Nayadeth y Nicole.

A pesar de ser el menor de la familia, Yoshua fue apodado como “el hombre de la casa” desde niño. Su hermana Nicole recuerda que tenía un lado paternal muy grande, el que le hacía querer tomar más responsabilidades de las que debía. Siempre quiso sacar la cara por la familia, proteger a su madre, hermanas y sobrinos. Su hermana lo describe como más maduro que sus compañeros y amigos que ella conoció, siempre más hombre que niño. Yoshua y Nicole tenían una relación más brusca que con la del resto, se insultaban a modo de broma y se “agarraban de las mechas”, mientras que con Nayadeth y su madre se mantenía más respetuoso, pero siempre juguetón.
Yoshua era un joven de mucha energía, la cual manifestaba saliendo mucho de casa a jugar fútbol con sus amigos, andar en bicicleta, o simplemente estar entre compañeros. No le gustaba estar solo, necesitaba tener compañía constante de sus muchos amigos y amigas. Nicole destaca el carisma de su hermano, y cómo su magnética personalidad hacía que todos los que lo conocían lo amaran de inmediato. “Al Yoshua lo conocía todo el mundo, en todos lados lo saludaban, el pasaje, la micro, la plaza, el centro,” rememoró su hermana. Nicole afirma que Yoshua no tenía problemas con nadie. Nunca supieron de algún conflicto o pelea, o algún problema, aunque fuese mínimo. Tampoco tenía problemas en el colegio, y tenía buenas notas; aspiraba a estudiar algo relacionado con las telecomunicaciones.
El adolescente de 17 años tenía un fanatismo por la ropa y las zapatillas, sobre todo si eran de marcas conocidas o caras. Era lo mejor que se le podía regalar para un cumpleaños o navidad, y ahorraba constantemente para obtener las últimas prendas que estuvieran a la moda. Este gusto particular era la razón de algunas de las pocas peleas que había entre Yoshua y su madre, ya que ella pensaba que gastaba mucho de su dinero en eso, en vez de ahorrar.
Yoshua le presentó solo una novia a su familia, cuando tenía 15 años. Antes y después de eso, ni sus hermanas ni su madre conocieron a alguien con quien su “hombrecito” saliera formalmente. A Yoshua no le gustaba mezclar sus mundos, su familia y sus amigos se mantenían separados entre sí, sin embargo, sus hermanas nunca supieron el porqué de esta decisión.
La familia de Yoshua Osorio Arias jamás pensó que la semana del 18 de octubre sería la última en la que tendrían a su hijo, hermano, y tío con vida, jugando, y bromeando como siempre. Nicole recordó los tiempos con su hermano, con lágrimas en los ojos, sentada en el living de su casa, con su pequeña hija Mailén en sus brazos. “Me siento muerta en vida,” declaró, acariciando el cabello de su bebé. “Si hubiera sabido que no lo vería nunca más, no lo habría dejado salir.”
Humo negro: Kayser en llamas
Al mediodía del domingo 20 de octubre, en pleno estallido social, la bodega de producción de ropa interior de la marca Kayser, ubicada en plena Avenida Miraflores, comuna de Renca, comenzaba a ser saqueada por un grupo de personas que vivían en el sector.
El saqueo habría empezado en el primer piso del inmueble, sector que correspondía a la sala de ventas y que es de concreto, para luego dirigirse al costado derecho de la construcción que colinda con el supermercado Líder, y terminar en el segundo nivel donde se procesaba la mercadería que se enviaba a retail. El rumor de saqueo se fue extendiendo velozmente en la población a través del boca a boca, llamando la atención de muchos vecinos de distintas edades, entre ellos los jóvenes amigos de Yoshua.
A sólo 3 cuadras de distancia de la bodega, en el pasaje Pilcomayo, se encuentra la casa del joven. Mientras la matriarca del hogar, Solange Arias, estaba trabajando en una feria cercana al domicilio ese domingo, él pasaba su día con sus dos hermanas mayores, Nayadeth y Nicole. Entretanto, la bodega continuaba siendo atracada y era el gran tema de conversación entre los vecinos. Según señaló Nicole, cerca de las 14:50 horas, amigos de Yoshua que viven en la misma población se acercaron a su hogar para invitarlo a ver qué estaba pasando en la fábrica, él accedió y salió en dirección a Miraflores 8770.
Pasadas las 15:00 horas la escena da un gran giro. Comenzó a salir humo negro desde la bodega producto de las llamas, el cual se expandía y se hacía cada vez más visible en la población Villa Miraflores, llamando la atención de muchos vecinos que se acercaron al lugar para observar. La gran magnitud del incendio terminó con la vida de 5 personas, entre ellos Yoshua.
Minutos después de iniciado el incendio, Nicole recibió una llamada de su pareja. “Me llamó y me dijo que la Kayser se estaba quemando, que el Yoshua estaba adentro. Yo no lo podía creer, me fui altiro para allá”, recuerda. Cuando Nicole llegó, el panorama era desolador, en sus palabras, era como un apocalipsis, por el humo negro que dejaba muy poca visibilidad, las llamas, y los gritos de las personas que estaban dentro y fuera de la edificación.

Tal como señaló el medio online Interferencia, a las 15:16 se activaron las alarmas de bomberos, y según los familiares de Yoshua, estos tardaron alrededor de media hora en llegar. Además, todos los fallecidos fueron encontrados por bomberos en el segundo piso de la bodega, con sus cuerpos totalmente calcinados producto del fuego que habría comenzado en la parte posterior. Sin embargo, las llamas no afectaron al sector de la sala de ventas y oficinas, por ser de concreto, y por la acción de una puerta de acero que contuvo el paso del fuego.
Ese mismo día, la Región Metropolitana se encontraba bajo Estado de Emergencia. A las 17:00 horas, según declaraciones de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, llegaron los militares al recinto, y a las 19:00 horas, ya eran los únicos en el lugar, por el toque de queda.

Seguir adelante, hacer justicia
En el pasaje Pilcomayo se hicieron comunes las entrevistas, las visitas de diferentes medios, y las llamadas telefónicas con distintas voces, haciendo preguntas para los familiares de Yoshua, quienes aún no tienen respuestas. Sus vidas dieron un giro abrupto de un momento a otro, su casa que estaba llena de alegría gracias a Yoshua, quedó con un gran vacío.
El Servicio Médico Legal (SML) le realizó la autopsia a Yoshua el lunes 21 de octubre. El informe indicaba que la causa de muerte fue asfixia por la inhalación de monóxido de carbono. Sin embargo, el médico forense Luis Ravanal, gobernador de la World Association of Medical Law, revisó el documento, y se fijó que Yoshua tenía 3 orificios en el tórax, entre las costillas 10 y 11, que no fueron periciados por la investigación a cargo del fiscal José Morales, argumentando que el SML no realiza peritajes balísticos. La familia pudo tener una confirmación de que el fallecido era Yoshua tres días después, luego de que su madre lo haya buscado por casi toda la ciudad. “Nunca se me van a olvidar los gritos de mi mamá, nunca”, rememora Nicole.
Acorde a conversaciones con la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, los orificios que presentaba Yoshua fueron causados por el calor del lugar, no incidieron en su fallecimiento, y deberían ser periciados por Lacrim o Labocar. Recalcaron que la única causa de muerte fue por asfixia y que el hecho de que los cuerpos no estén en posición común de una persona calcinada es relativo, y depende de muchos factores. Nayadeth, hermana de Yoshua, conversó con el forense Ravanal, y explicó que “se supone que el SML no indaga en los orificios porque no hacen peritajes balísticos, entonces, ¿cómo saben ellos que son balas y no un fierro, si supuestamente no eran balas?”. El perito forense Luis Ravanal les dijo que “él no murió por asfixia, para morir por asfixia se necesita un 65% de monóxido [en los pulmones], y Yoshua tenía un 33%”.
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Asimismo, desde la fiscalía señalaron que el incendio comenzó intencionalmente, ya que alguien dejó un objeto portador de calor, y no hubo necesidad de utilizar acelerantes, por ser un lugar “fácil” de quemar.
Como también mencionó la fiscalía, las cámaras de seguridad se quemaron junto con la bodega, por lo tanto no existirían pruebas visuales, versión que se contradice con el guardia que estuvo todo el tiempo en la caseta de seguridad y que fue testigo del incendio, Reinaldo Marinovic, que aclaró a Interferencia que él había guardado los videos de las cámaras, pero que el gerente de operaciones, Juan Echeverría, se los habría llevado.
Para Nicole y Nayadeth existen aún muchos puntos vacíos, por ejemplo, que a Yoshua le faltaba una pieza dental, y que murió con un fierro en la mano. Es justamente por esto que pretenden hacer lo posible para cambiar el fiscal a cargo de la investigación, no sólo por su hermano, sino que en representación de todas las ‘familias de Kayser’. “Nosotros sabemos que para llegar a la verdad y tener justicia es como tener que matar a alguien, es muy difícil”, confirmaron.
Por: Claudia Cornejo y Francisca Muñoz