Mientras Uber estaba preparándose para hacerse pública en la Bolsa de Valores con un valor de 90 mil millones de dólares, varias organizaciones de “socios conductores” en todo Estados Unidos y Europa organizaron una huelga masiva, ¿qué piden y por qué se expandió por el mundo?
¿Qué es lo más raro que te ha pasado en un Uber en México?
Cómo funciona Uber y la huelga
Empecemos con cómo funciona Uber, porque buena parte de las razones de la huelga comienzan ahí. Uber, como Didi, Lyft (que no llega todavía a México) o Easy Taxi, son plataformas que dicen “conectar” a un conductor con un pasajero.
Estas plataformas no contratan a los conductores (aunque dependen de ellos activamente para su esquema de negocio) y los llaman “socios”, la compañía se queda una parte de la tarifa que pagas y el conductor otra.
WE’RE OFFICIALLY CALLING FOR A 24 HR STRIKE AT LAX ON MAY 8TH. APPS OFF FROM MIDNIGHT TO MIDNIGHT.
— Rideshare Drivers United (@_drivers_united) April 20, 2019
This will be in concert with protests in other cities in solidarity with @_drivers_united LA strike. #StrikeUberLyft #May8thLAXStrike #NationalDayOfAction pic.twitter.com/eG7iC1DNka
Sin un contrato laboral y, al menos en Estados Unidos y algunos países de Europa, bajo la figura de “contratistas independientes”, Uber no está obligado a ofrecer compensación o derecho laboral alguno a su base de “socios”, puede alterar las cuotas y los porcentajes que cobra y no tienen voz alguna en las decisiones corporativas, aunque, de nuevo, dependa de su trabajo.
La publicidad de todas estas plataformas insisten en que ofrecen “libertad” para trabajar lo que quieras y, por tanto, ganar lo que quieras, pero obvia (por ejemplo) que muchos conductores en EE.UU. viven en sus autos y trabajan más de 18 horas al día para ganar un sueldo “decente”.
Las protestas comenzaron en Melbourne, Australia, y continuaron en Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Sao Paulo, Atlanta, y países como Kenya, Chile, Costa Rica, Reino Unido y Nigeria, lo que representa la mayor huelga en la historia de la app. (Vía: Mashable)
Aunado a victorias legales en cortes de Reino Unido e, incluso, de México, los vacíos legales que han permitido operar a la plataforma (y a sus semejantes), se van cerrando.
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Las pérdidas multimillonarias
El mismo día que estalló la huelga de “socios”, Uber se hizo pública, es decir, todo mundo puede ya comprar acciones, invertir en la empresa y ganar dinero (o perderlo).
Valorada en 90 mil millones de dólares, Uber tuvo que hacer público, al mismo tiempo, sus finanzas, que revelaron algo… incómodo: desde el 2016, la plataforma ha perdido 10 mil millones de dólares en operaciones.
https://youtu.be/ASev1jiWV2Q
A pesar de que ha estado en activo desde el 2015, fue apenas hasta el 2018 que comenzó a ser redituable, de acuerdo a sus propias finanzas: Uber pierde dinero por cada viaje más que hacerlo.
Si bien “ya pierde menos dinero”, es el dinero de inversores y no el de sus clientes el que la mantiene a flote. (Vía: The Atlantic)
Con ganancias marginales, pero manteniendo políticas laborales que rayan en la explotación (y ni hablemos de las condiciones de los repartidores de Uber Eats), Uber está entre la espada y la pared: no tiene dinero para garantizar mejoras para sus “socios” y sin sus socios podría perder su modelo de negocios.
Si bien la huelga de los “socios” no afectó el modelo de Uber, como escribe Shirin Ghaffary para Vox, sí demostró algo: la “gig economy” (la economía de chambitas) no es un negocio, no al menos para los trabajadores.