Simone Biles se retiró de Tokyo 2020 para enfocarse en su salud mental. Y es que no es la primera vez que Biles se enfrenta a un momento complicado; tuvo una infancia difícil e incluso fue víctima de abuso sexual.
La estadounidense que ganó cuatro medallas de oro en Río 2016 ha revolucionado la gimnasia artística, pues sus exhibiciones muestran la suma del talento, disciplina y resiliencia que caracteriza su personalidad.
Simone Biles fue separada de su madre biológica debido a su dependencia a las drogas. Por lo que tuvo que vivir con su padre y la segunda esposa de éste.

En una entrevista con medios estadounidenses Simone declaró que se ha preguntado cómo sería su vida si nada de lo ocurrido en su infancia hubiera pasado.
‘Cuando era más pequeña me preguntaba qué habría sido de mi vida si no hubiese pasado nada de esto. A veces todavía me pregunto si mi madre biológica se arrepiente y querría haber hecho las cosas de manera diferente, pero evito plantearme estas preguntas porque no las tengo que responder yo’, citó BBC News.
Simone Biles y la gimnasia
Simone conoció la disciplina de la que ahora suma 10 títulos mundiales por mera casualidad. Pues, su viaje escolar fue reprogramado de último minuto por problemas climatológicos y, el colegio decidió llevar a los estudiantes a un centro de gimnasia artística.

Resultaría increíble pensar que la campeona de tres títulos consecutivos de gimnasia mundial comenzaría a practicar esta disciplina por casualidad del destino. Pero desde esa ocasión, Simone demostró tener madera de atleta olímpica.
Así fue como Simon comenzó a practicar gimnasia a los 6 años y dos más tarde conocería a su entrenadora Aimee Borman. A partir de ese momento, las decisiones respecto a su vida, las tomaría en torno a la gimnasia, por lo que su preparación se tornó profesional, pasando de practicar 20 horas a la semana a 32 y estudiar en casa.
Víctima de abuso sexual
En 2018, Simone Biles reveló que fue víctima de abuso sexual por parte del médico del equipo estadounidense de gimnasia, Larry Nassar. Esta declaración fue expuesta durante el movimiento #MeToo junto con más de 265 acusaciones de otras gimnastas.

‘Yo también soy una de las muchas sobrevivientes que fueron objeto de abuso sexual por Larry Nassar. […] Me he prometido a mí misma que mi historia será mucho más grande que esto, y prometo a todos ustedes que nunca voy a darme por vencida’, escribía en una carta compartida vía Twitter.
Y así lo ha hecho, pues Simone ha superado este abuso sexual enfocándose en el deporte que le apasiona. Incluso, demandó al Comité Olímpico de los Estados Unidos por el caso de Nassar.
Con 24 años de edad y 1,42 metros de altura, la representante estadounidense de gimnasia artística ha sorprendido al mundo con su habilidad, flexibilidad y fuerza en el escenario olímpico.

Incluso, Biles tiene su propio salto ‘El Biles’, el cual mezcla un doble salto mortal con el cuerpo en plancha, es decir, completamente extendido. Con este giro, presentado en 2013, la gimnasta se robó las miradas de los expertos en el deporte.
Pese a que su actuación en Tokyo 2020 llegó a su fin, Simone Biles es una muestra de superación y disciplina deportiva llevada al límite. Ahora, ha declarado que enfocará su atención en su salud mental y, probablemente, regrese aún más fuerte.
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