Sharon Tate, más allá de Charles Manson y Roman Polanski
Una prometedora actriz que no estuvo exenta de la violencia doméstica
Once upon a time in Hollywood de Quentin Tarantino se estrenó justo cuando se cumplían 50 años de la muerte de Sharon Tate. En el filme es interpretada por Margot Robbie y buscan mostrarla como una mujer en busca de la aceptación como actriz, más allá de su belleza. Una mujer insegura que trata de reafirmarse viéndose a sí misma en la pantalla grande, que estaba emergiendo como una estrella por derecho propio, a pesar de lo tormentosa que fue su vida privada. Porque hay más de Tate que sólo ser la víctima de Charles Manson o la esposa de Roman Polanski.
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De reina de belleza a la actuación
Sharon Tate nació el 24 de enero de 1943, en Dallas. Era la hija de un coronel del ejército de los Estados Unidos por lo que la mudanza de ciudad era parte de su vida. Lo anterior, sumado a su personalidad tímida y reservada le complicó que pudiera tener amigos o mantener amistades. Las personas solían confundir su timidez con autosuficiencia, aunque todo era resultado de un problema de autoestima.
Conforme fue creciendo, su belleza comenzó a atraer la atención. Participó en certámenes de belleza en Estados Unidos y empezó a hacer planes para estudiar siquiatría, pero su padre fue enviado a Italia, por lo que se tuvo que mudar a Verona con toda su familia.
(Imagen: Getty Images)
A los 17 años, de acuerdo con el libro Sharon Tate: A Life, de Ed Sanders, fue violada por un soldado italiano durante una cita. Mantuvo el secreto durante muchos años y sólo se lo confeso a Roman Polanski, quien supuestamente aseguró que Tate no tenía cicatrices emocionales relacionadas con el incidente.
Fue en estos mismos años en los que se interesó en el cine y en la actuación. Empezó a aparecer como extra en algunas películas, convenciéndose que había encontrado lo que quería hace con su vida: actriz de cine.
Ojo del Diablo y Roman Polanski
Tras varios intentos infructuosos, en 1965 Sharon Tate logró aparecer en su primera película Ojo del Diablo (Eye of the Devil), junto con actores de la categoría de David Niven y Deborah Kerr. Y si bien no tuvo muchos diálogos, su interpretación de Odile, una bruja cuya presencia etérea resultó ser una revelación para Hollywood.
Alrededor de esta época, Sharon estaba comprometida con Jay Seabring, un estilista respetado en Hollywood. Entonces, conoció a Roman Polanski.
De acuerdo con el libro de Sanders, Tate romper su compromiso para iniciar una relación con Polanski. A la estadounidense le atraían los hombre dominantes y el director polaco lo era tanto en su trabajo como en el aspecto personal.
Trabajaron juntos en La Danza de los Vampiros (The Fearless Vampire Killers) y pronto comenzarían a vivir juntos. Sharon Tate aparecería en Valle de las muñecas (Valley of the Dolls) en 1967 antes de casarse con el director en 1968.
No fueron felices para siempre
Tras su matrimonio con el polaco, Sharon Tate se vio envuelta en un matrimonio en que ella se sentía intimidada por su esposo. De acuerdo con algunos recuentos de la época, no se sentía cómoda hablando en público si estaba con Polanski. Era tan dominante con ella que le decía cómo vestir, cómo maquillarse, qué le gustaba y qué le desagradaba. Era el centro de su vida y la controlaba en todos los aspectos.
Esto afectaba su autoestima, porque Sharon Tate no creía que pudiera obtener papeles importantes en el cine. No se sentía buena actriz. Aunque tendí la esperanza de ser la Catherine Deeuve norteamericana.
Su matrimonio con Polanski siguió siendo complicado. Era conocido que el director era infiel y que le gustaba organizar fiestas y orgías en la casa que la pareja compró en Cielo Drive, California. Las drogas, el alcohol y los excesos eran recurrentes en sus reuniones.
Y mientras la carrera de Sharon Tate parecía finalmente despegar con La mansión de los siete placeres (The Wrecking Crew) de 1968, descubrió que estaba embarazada. El problema radicó en que Polanski no quería tener hijos.
(Imagen: Getty Images)
Para que Polanski no la forzara a abortar, Tate demoró en darle la noticias. Ante las constantes infidelidades de Polanski, Sharon consideró el divorcio, sobre todo cuando el director le pidió que abortara en Brasil. Sin embargo, Tate se mantuvo firme en su deseo de tener al bebé.
El embarazo fue un infierno para Sharon. Polanski constantemente la maltrataba, era cruel con ella, la insultaba y la criticaba cuando expresaba su opinión. A pesar de querer separarse, se quedó con él hasta el final.
Sharon Tate perdió la vida aquel fatídico 9 de agosto de 1969, cuando la familia de Charles Manson ingresó a su casa y asesinó a todos los que estaban ahí dentro. Pero revisando su vida, nos damos cuenta que, a pesar de la fama y la belleza, era una mujer insegura, necesitada de cariño y una víctima más del maltrato doméstico, inmersa en un relación tóxica y de codependencia.