Tras protestas y paros de varias escuelas de la UNAM, la institución decidió estipular que la violencia de género será causa grave de responsabilidad, por lo que habrá expulsión de alumnos o despido de personal en caso de cometer alguno de estos delitos.
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Esto, como parte de las nuevas estrategias contra la violencia que planea implementar la UNAM en respuesta a la serie de protestas, paro de labores y acusaciones de abusos sexuales que realizaron los colectivos feministas y alumnos.
“La comisión de cualquier acto de violencia y en particular de violencia de género que vulnere o limite los derechos humanos y la integridad de las personas que forman parte de la comunidad universitaria”, se lee en la modificación del Artículo 95 del Estatuto Universitario.
Han sido cerca de tres meses de paros y protestas en las que se pidió a la UNAM establecer que los agresores tuvieran sanciones ejemplares por los delitos de acoso y abuso sexual. A pesar de ello, las autoridades universitarias sólo modificaron el artículo 95 y 99 para incluir la ‘violencia de género’ como una causa grave de responsabilidad.
Los paros siguen en la UNAM
Sin embargo, usuarios de redes sociales han debatido acerca de por qué siguen los paros en facultades de dicha institución. Algunas alumnas aseguran que es porque, de liberar las instalaciones, sus peticiones no serían atendidas, por lo que su forma de hacer que la institución educativa dé respuesta a los casos de inseguridad, acoso y violencia, es no abandonando su postura.
Algunos usuarios de redes sociales, entre alumnos y colectivos que abogan por la seguridad de las mujeres en entornos todo tipo de entorno, incluyendo los educativos como lo es la UNAM, refieren que lo que ha dicho la institución sobre estos casos no son la verdadera cara de la moneda.
Es más, han acusado que la razón por la cual las instalaciones siguen tomadas es porque pueden ser silenciadas si abandonan su paro, porque temen por su seguridad, porque puede haber represalias, porque quienes dirigen dichos planteles y estudian con ellas, son potencialmente, quienes pueden seguir agrediéndolas o menospreciando su capacidad de organización para lograr un bien común por todas.
¿Cuál es la verdad?
En días pasados, Eduardo López Betancourt, presidente del Tribunal Universitario de la UNAM aseguró que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) debe poner ‘orden’ a los grupos externos de choque que el partido Morena infiltra a la máxima casa de estudios.
Esto, luego de que las diversas instalaciones fueran tomadas por encapuchados. López Betancourt insistió en que dichas personas servían a Morena. “Se busca derrocar a Graue, esa es la realidad. buscan la Rectoría, hay que investigar grupos políticos poderosos”, puntualizó.
Por su parte, AMLO respondió que detrás de los paros estudiantiles en los planteles de la UNAM, existe ‘mano negra’. “Siento lo que voy a decir pero hay mano negra”, dijo el mandatario, mientras aseguró que hay qué descubrir quienes son los que ‘mueven la cuna para así poder lamparearlos’.
Aunque hay distintas versiones sobre lo que ocurre en la UNAM y distintos argumentos, quizá sea importante mencionar que las alumnas de la universidad son quienes a pesar de haber ‘ganado’ que el acoso y la violencia de género tenga ahora medidas como expulsión y despido, necesitan ver más por parte de su alma máter.
Algunas de ellas siguen sintiendo miedo de que a pesar de los cambios se les siga criminalizando por acciones que han tenido qué tomar como medida de protección y defensa. “En realidad lo que la UNAM está haciendo otra vez es dar respuestas por encima, de reformar los artículos 95 y 99 pero por otra parte, no reconocen que estos cambios se lograron porque las mujeres nos hemos organizado”, menciona una alumna a Pie de Página.
Entonces, ¿quién dice la verdad? quien sufre los acosos y toma medidas para frenarlo o quienes se debaten en una lucha política por encontrar culpables fuera de la institución cuando el problema podría estar dentro de la misma universidad.