Algunas aberraciones parecen no tener fin. Tras las revelaciones de los abusos cometidos en el albergue Ciudad de los Niños de Salamanca y las acusaciones en contra de su director, el sacerdote Pedro Gutiérrez Farías, por trata de personas, abuso físico y sexual, una sorpresa se da a conocer: el sacerdote registró con sus apellidos a 171 menores de edad. Es decir tiene ante la ley del estado, 171 hijos.
Documentos del Registro Civil de Guanajuato exhiben que los menores son originarios de Baja California, Puebla, Estado de México, Sinaloa, Michoacán, Querétaro y de varios municipios de Guanajuato. (Vía: Reforma)
Pero los menores debían de tener una madre, así que la monja Hortencia Jiménez Cruz de la congregación “Cooperadoras de la Sagrada Familia” y segunda al mando en el albergue, dio su apellido para registrar a los menores, que en su mayoría fueron abandonados. No en vano, los niños le llamaban “Papi” a Gutiérrez Farías y “La jefita” a la monja Hortensia.
Pero “La Iglesia católica no permite a religiosos registrar a menores con sus apellidos“. Dijo en entrevista para el periódico AM de León, el sacerdote Mario Alejandrí Díaz de León de la parroquia de la comunidad La Loma, a la que pertenece el templo de la Ciudad de los Niños de Salamanca. (Vía: AM de León)
#LaCiudadeLosNiños, Un auténtico infierno de abusos, vejaciones y prostitucion del sacerdote Gutiérrez Farías en Michoacán y Guanajuato pic.twitter.com/WjEYVQK6WD
— Jenaro Villamil (@jenarovillamil) July 26, 2017
Sin embargo, existen copias que obtuvo el periódico de León que son prueba de cómo la Oficialía número 1 del Registro Civil de Salamanca, admitió los trámites de los religiosos.
Esta práctica no es reciente, pues se tiene un registro con los apellidos del sacerdote desde 1985, hasta, por lo menos, el 2011.
Actualmente el albergue está a cargo del DIF de Guanajuato y es investigado por la PGR por los casos de abuso sexual y maltrato infantil. Además altos funcionario y un ex presidente podría estar involucrado en cadena de corrupción y encubrimiento que permitieron los abusos del sacerdote.