El catorce de octubre, la cantante, actriz y modelo surcoreana, Sulli, fue encontrada muerta en su departamento. La principal causa de muerte es suicidio. Éste, sería un reflejo del impacto que tiene el ciberacoso en la vida real.
¿Qué puedes hacer si filtran tu ‘pack’?
Sulli empezó a recibir comentarios negativos desde que formó parte del quinteto femenino f(x), creado por S.M. Entretainment. Debido a los comentarios negativos y rumores que recibió, Sulli decidió tomarse un tiempo de descanso “ya que estaba agotada física y mentalmente por los falsos rumores que se hacían sobre ella“. Ya en 2015 decidió dejar el grupo f(x) y dedicarse a su carrera de solista.
Sin embargo, su nueva dirección artística no se vio exenta de críticas. Sulli recibió comentarios negativos en todas las formas y por todo tipo de acciones: desde las personas con las que salía hasta la forma en la que se vestía. Sus fotografías en Instagram pasaron de ser consideradas “provocadoras” a tachadas de “pornográficas”. Un alto número de críticos hasta se aventuró a diagnosticar a Sulli con diferentes enfermedades mentales.
Según lo estipulado en las “normas sociales” de Corea de Sur y las apreciaciones en redes sociales, Sulli era “demasiado inapropiada”. Ella no sólo recibía las críticas, sino que las comentaba directamente. Cuando se le empezó a criticar por no usar brassier, Sulli respondió que “no era sano para su sistema digestivo” y que lo consideraba como “un accesorio complementario” que no era necesario utilizar. (Vía: Soompi)
Igualmente se le criticaba por un supuesto uso de drogas. En redes sociales, usuarios comparaban sus ojos con ojos de personas drogadas, ya que tenía las pupilas muy dilatadas. Ni su cuerpo ni sus ojos podían aparecer en redes sociales sin recibir críticas. Éstas, a su vez, sucedían bajo los preceptos más arbitrarios posibles. Se le criticó por darle una mordida de juego a su gato, por besar a su mejor amiga, por etiquetar a un amigo en una foto de Instagram, por su ex novio Choiza. (Vía: Koreaboo)

¿Qué nos dice la constante crítica de Sulli y su posible suicidio sobre la atención mediática y la presión social? ¿Por qué una joven de veinticinco años no podía escapar del ojo público? ¿Dónde queda la vida privada para las y los artistas? ¿Estamos exigiendo demasiado como fans?
Detrás de la computadora, tendemos a olvidar que las palabras que decimos tienen un impacto directo. Las críticas pueden tener consecuencias mortales, como sucedió en el caso de Sulli. La lucha de fandoms para establecer “quién es mejor” implica siempre desestimar al otro: a un otro que trabaja y se esfuerza por dar lo mejor de sí. ¿Cuántos artistas tendrán que morir para que nuestra admiración deje de ser exigencia?