Un hombre mató a su exesposa con la misma pistola que la Policía le había confiscado tras agredirla nueve meses antes del suceso. Autoridades de Alabama, en Estados Unidos, han condenado al agresor a 30 años de prisión tras confesar su responsabilidad en el feminicidio de su expareja.
Los hechos se remontan a febrero de 2019, cuando Jason McIntosh se desempeñaba como oficial de policía en Birmingham, Alabama. En esa ocasión, el hombre arremetió contra Megan Montgomery, quien recibió un impacto de bala en su brazo derecho tras una discusión de pareja. Los sucesos tuvieron lugar 21 días después de la celebración de su boda.
Posteriormente, la Agencia del Orden Público determinó que debían retirarle el arma al agresor; asimismo, el propio McIntosh decidió presentar su renuncia ante la Policía. Por su parte, Megan regresó a la casa de sus padres y solicitó una orden de protección en su favor. A pesar de ello, en mayo del mismo año Jason volvió a atacarla a golpes; en consecuencia, Megan tramitó su divorcio.
Durante varios meses, McIntosh insistió a las autoridades policiales que le devolvieran la pistola que le habían confiscado. De acuerdo con las leyes de Alabama, está prohibida la posesión de armas para las personas con acusaciones de maltrato físico; por este motivo, su solicitud había sido denegada. Sin embargo, después de nueve meses desde que tuvo lugar el ataque, autoridades estatales decidieron ceder a la petición de Jason y le devolvieron el arma de fuego.
Desde entonces, transcurrieron únicamente nueve días para que McIntosh se presentara en el domicilio de su ex esposa Megan y arremetiera contra ella. En esta ocasión, las heridas de arma de fuego terminaron por quitarle la vida a la mujer. Después de un largo juicio en contra del agresor, las autoridades determinaron condenarlo a 30 años de prisión.
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