Ganó el Premio Nobel de la Paz, estuvo involucrado como observador y mediador en algunos de los espisodios geopolíticos más importantes de fin del siglo XX y se convirtió en una suerte de símbolo de lo que podía lograr la ONU. Kofi Annan falleció en Suiza este sábado. Su familia informó sobre su fallecimiento con un escueto mensaje donde declaraban que el diplomático ghanés murió a los 80 años por una “breve enfermedad”.
En Ghana se declaró una semana de luto nacional a partir del lunes en honor al dimplomático que empezó su carrera en la ONU a mediados del siglo pasado. Fue el primer secretario general de Naciones Unidas que se forjó al interior de la organización; y fue el primer secretario de color al frente de la organización mundial.
Hasta hace unas semanas aún estaba de gira. Hace mes visitó Sudáfrica para participar en una conmemoración por Nelson Mandela, con quien compartió estrados y titulares en más de una ocasión.
Kofi Annan estuvo presente por parte de la ONU en lamentables conflictos durante los noventa como el genocidio en Ruanda y la guerra en Bosnia. Tras ser promovido poco más tarde a secretario general de la ONU, Annan se opuso a la guerra en Irak empredida con falsedad por los Estados Unidos. Contrario a los deseos de Goerge Bush, Annan calificó esa guerra como ilegal, lo que le fraguó roces con Estados Unidos.
Para ese entonces ya había ganado el Premio Nobel de la Paz, en 2001, y era todo un símbolo de la diplomacia, una suerte de rockstar del pacifismo que aparecía por igual mencionado en programas tan dispares como una película apocalíptica, una comedia animada y una mesa de análisis político. Tras su retiro de la ONU, formó parte de la organización The Elders.