Crystal Haag fue reportada como desaparecida en abril 1997, cuando ella tenía 14 años por su madre, Cynthia Haag. Dos décadas después Crystal regresó a su casa.
De acuerdo con el testimonio dado durante ese periodo, Cynthia se encontraba trabajando como cajera el día que Crystal desapareció.
Ella menciona que ese preciso día se dirigió a Crystal antes de ir a trabajar y le dijo “no te alejes de casa“. Sin embargo, cuando Cynthia regresó, Crystal había desaparecido.

De forma inmediata la madre comenzó a buscarla por todo el vecindario, llamando a sus amigos y personas más allegadas para encontrar su paradero. Las posibilidades de la desaparición de Crystal eran muchas, cada una tan probable como la otra; secuestro, huída, asesinato.
Durante más de una década se mantuvo abierta la carpeta de investigación hasta que se agotaron todos los recursos y la búsqueda fue detenida. En este preciso momento la madre de Crystal no tenía otra alternativa más que resignarse, pero no lo hizo.
Durante los siguientes años, Cynthia continuó con la esperanza de volver a ver a su hija y nunca se mudó de Baltimore.
Después de siete años, adolescente logra escapar de sus captores
De acuerdo con la madre, Crystal era una adolescente alegre, sin problemas ni conflictos con nadie. Sin embargo, el regreso de Crystal trajo consigo una realidad distinta, Crystal había sido abusada sexualmente por su vecino desde los 9 años.
Crystal mencionó que el abuso que sufrió por 5 años era tan seguido que comenzó a creer que su madre lo sabia y había decidido no hacer nada. Esta situación de vulnerabilidad y violencia extrema orillo a Crystal a huir de su hogar.
El día de la desaparición, Crystal huyó a Nueva York, donde cambió su identidad, su edad y comenzó una nueva vida. De acuerdo con diferentes medios, comenzó a vivir en un comunidad mayoritariamente latina, aprendió español y tuvo 4 hijos.
No fue hasta este año que Crystal decidió contactar a su hermana por Facebook y se reencontró con la familia de la que alguna vez huyó. Su madre aseguró no tener idea del abuso que sufría Crystal. (Vía: The Washington Post)