Un feminicida fue detenido luego de que se encontrara que abusaba sexualmente de los cadáveres de sus víctimas, que incluía adolescentes y adultas de hasta 85 años, y filmaba sus acciones. La investigación comenzó luego de que se resolviera un caso que data de 1987.
De acuerdo a medios como RT, el secretario de Salud de Reino Unido, Sajid Javid, inició la carpeta de investigación en contra del electricista hospitalaria David Fuller cuando éste último se declaró culpable del asesinato de Wendy Knell y Caroline Pierce en Tunbridge Wells, a finales de la década de los 80.
En aquel entonces, la policía recolectó evidencia forense, pero no pudieron hallar al criminal debido a que la tecnología no era la suficiente; sin embargo, tras el paso del tiempo y la innovación con nuevas técnicas científicas, se pudo detectar una lista de personas que tenían un ADN similar al asesinato de hace más de treinta años.
Fue así que pudieron reducir la lista hasta dar con el perpetrador de los feminicidios y lograron arrestarlo. Durante sus declaraciones, el feminicida señaló que era culpable del caso y también de que abusaba sexualmente de los cadáveres de mujeres en los hospitales que trabajó.
“Entre 2008 y 2020, Fuller se filmó y fotografió a sí mismo abusando sexualmente de los cadáveres de decenas de mujeres y chicas en dos morgues hospitalarias de Tunbridge Wells a las que pudo acceder gracias a su trabajo como supervisor de mantenimiento”, precisó la investigación de la Fiscalía de la Corona británica.
Cuando la policía acudió al domicilio del detenido, lograron encontrar dispositivos de almacenamiento con millones de imágenes de pornografía infantil, así como pornografía extrema. En el cateo de la casa, no fue lo único que hallaron, pues en el armario de su habitación encontraron las grabaciones de Fuller en las que cometía el abuso a los cadáveres.
El sujeto admitió durante el interrogatorio que usaba Facebook para buscar fotografías de las personas que abusaba, además que usaba etiquetas de identificación, así como libros de contabilidad de los hospitales para nombrar sus archivos; prácticamente como si tuviera una biblioteca de los cadáveres de mujeres de los que abusaba sexualmente.
Hasta el momento se lograron reconocer a 81 víctimas, pero el detective en jefe Paul Fotheringham cree que pueden ser más de un centenar. Su sentencia aún está por determinar y se prevé que a principios de 2022 se revele más información sobre el caso.
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