Descubren juguete sexual de tamaño real diseñado hace 1900 años
"Se trata de un falo incorpóreo hecho de madera", se detalló en el comunicado.
Investigadores identificaron un juguete sexual de tamaño natural que fue diseñado por los romanos hace 1900 años, en el siglo II de nuestra era.
De acuerdo a National Geographic los romanos no eran ajenos al placer, sino todo lo contrario. Y es que desde Pompeya hasta los últimos confines del imperio, existe evidencia de escenas íntimas.
Ahora un presunto juguete sexual fue hallado en Britania, la actual Inglaterra, en un sitio conocido como el fuerte Vindolanda.
En un principio los científicos pensaron que se trataba de una herramienta para zurcir. Lo anterior porque se encontró junto a zapatos y accesorios de vestir.
Foto: Facebook / TheVindolandaTrust – La zona arqueológica en Inglaterra
Sin embargo un nuevo estudio realizado por las universidades de Newcastle y Dublín reveló otra teoría.
Los investigadores encontraron que el juguete sexual tiene las dimensiones reales de un pene humano, como otros que han encontrado en el antiguo imperio romano.
“Se trata de un falo incorpóreo hecho de madera”, se detalló en el comunicado.
Dichos artefactos no solamente servían como objetos para brindar placer, sino que se llevaban a todos lados como forma de protección contra la mala suerte.
Foto: The Vindolanda Trust – Sin embargo existen otras teorías
Según explican los investigadores, también se diseñaban falos más pequeños, a manera de dijes, para que las personas los portaran como amuletos.
En el caso del artefacto de tamaño real los científicos notaron que la punta era más suave de lo normal.
“Lo que indicia un contacto repetido a lo largo del tiempo”, publicaron los especialistas en la revista Antiquity.
No obstante existen otras teorías. Por ejemplo que se haya usado como mortero, ya sea de cocina o medicinal, o que sea parte de una estatua.
“Sabemos que los antiguos romanos y griegos usaban implementos sexuales; este objeto de Vindolanda podría ser un ejemplo de uno”, reiteró el arqueólogo Rob Collins.
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