El Vaticano ha decidido expulsar de la Iglesia al sacerdote español Juan José Gómez Serrano por violar a varios menores entre 2011 y 2016. Las primeras denuncias se dieron hace siete años, hasta que el organismo aceptó que Gómez Serrano abusó de infantes en el Centro de acogida para niños de la calle que dirigía en Porto Novo, Benín.
El País señala que en un principio eran una decena de víctimas, aunque fuentes que conocen el proceso argumentan que son “numerosísimas”, en un centro por donde pasaban 2.000 menores al año en el Oeste de África.
Las denuncias se dieron en 2015, cuando varios voluntarios españoles acudieron a la Audiencia Nacional. El caso está archivado en espera de nuevas pruebas y ahora esperan que se reabra. Tras ser expulsado por el Vaticano, Juan José Gómez Serrano dejó la residencia de la congregación donde había sido apartado hace cuatro años y ahora está libre en España.
El caso es complicado por la Audiencia, ya que se investigan delitos de un español en otro país, con el que apenas se tiene una cooperación.
“El proceso ha sido particularmente largo y delicado. Puedo afirmar, con toda conciencia, que no se ha escatimado en medios ni en esfuerzos para averiguar la verdad”, sostiene el salesiano Pier Fausto Frisoli, fiscal general de la orden.
Existe un documento de la investigación canónica, la cual duró 14 meses y donde se interrogó e “involucró” a 30 testigos —salesianos y laicos— en España, Italia, Suiza, Marruecos, Perú, Benín, Camerún, Togo y Burkina Faso, bien “porque tuvieran alguna relación con Gómez, bien porque en algún momento hubieran tenido contacto con el centro de acogida de la orden en Benín”.
Las víctimas del pederasta y algunos misioneras se trataron de revelar, pero ejerció el chantaje y maltrato físico a los menores.
Con información de El País.
