En el estado de Chiapas se construyó, con recursos públicos, un lienzo charro valuado en 100 millones de pesos.
Todo comenzó en 2014 cuando la Federación Mexicana de Charrería le otorgó al estado del sureste mexicano la sede del LXXII Campeonato y Congreso Nacional Charro. El actual gobernador priísta, Manuel Velasco, se ofreció en ese entonces a construir un lienzo charro con capacidad para 10 mil personas, además de cubrir todos los gastos derivados del Campeonato.
La inversión sobre este proyecto entra en contradicción con las medidas de “austeridad” que el mismo Velasco anunció que deberían tomarse para cuidar de la economía local. Recordemos que, según el informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social de la Sedesol, el 76.2% de los chiapanecos viven en situación de pobreza.
En noviembre de 2015 el Gobierno chiapaneco se comprometió a tener listo el lienzo para octubre del año siguiente. No obstante, no había ningún presupuesto oficial destinado a dicha obra.
El anunció desató los reclamos de las constructoras a las que el Gobierno debía dinero. La solución de Velasco fue declarar que estaba construyendo un “Foro de Espectáculos” o “Auditorio de la Gente”, que serviría para promover el turismo ya que, según los promocionales del recinto, este “beneficia al estado por la importante derrama económica que generarán los 40 mil visitantes de diferentes entidades del país y de Estados Unidos”, (Vía Aristegui Noticias/Reforma).
Por supuesto, en el Presupuesto de Egresos de 2016 no estuvo contemplado el proyecto.
Este martes 18 de octubre fue inaugurado el Auditorio de la Gente, en la ceremonia de apertura del Campeonato y Congreso Nacional de Charrería.
Mientras que Manuel Velasco inaugura su evento, miles de chiapanecos enfrentan condiciones de pobreza extrema y acceso restringido a servicios básicos. Así lo dejan ver las palabras de Jorge Antonio Zuart Moreno, colono del sur de Tuxtla Gutiérrez:
“Es una ofensa que el gobernador Manuel Velasco utilice el recurso público para lograr un capricho personal. Es una ofensa que la población no tenga ni obras de drenaje, que tenga a las calles destrozadas, que no haya medicina en los hospitales, que aún adeude a los prestadores de servicios y empresarios”, (Vía Aristegui Noticias).
