Hay un oasis cultural dentro del Bosque de Chapultepec: la Casa de la Bici, un lugar para leer, jugar y andar en bici.

¿Por qué se celebra el 23 de abril el Día del Libro?

Hablamos con Juan Pablo Solís, encargado de la Casa de la Bici, que se encuentra en la Sección 1 del Bosque de Chapultepec.

La Casa de la Bici nació como un espacio abierto y familiar con el fin de promover la cultura en México. Además de la renta de bicis, el negocio cuenta con juegos de mesa como ajedrez, dominó, damas chinas y serpientes y escaleras. Pero, la verdadera joya de la Casa de la Bici es su mini-biblioteca.

Mini-biblioteca de la Casa de la Bici. (Imagen: Local)

Lo que empezó como un conjunto de los libros personales de Juan Pablo y sus trabajadores (“libros muy básicos, de 20 pesos, muchos eran de mi abuelo“) se ha convertido en una biblioteca en forma.

Cuenta Juan Pablo que la gente les va trayendo más libros: “La gente a la que le gusta leer se lleva libros que cuestan como mil pesos y regresa ese libro más tres otros libros del mismo precio. En general sólo se llevan uno, el que de veras van a leer y lo regresan y traen más”. 

Dice también que no esperaba que su mini-biblioteca tuviera tanto éxito. Pensó que los libros durarían uno o dos días, pero el proyecto sólo ha ido creciendo. Le ha ido tan bien que ya han ido distintos artistas.

Marcelo Ebrard ha ido tres veces (a comer el famoso pay de queso) y ha llevado libros. También han ido Teresa Adriana Pérez Romo, publicista y esposa de López Dóriga; y María Elena Servitje, parte del consejo rector del Bosque de Chapultepec.

Bancas de tronco. (Imagen: Local)

En general la gente prefiere no llevarse los libros, sino leerlos en el Bosque. Cuenta que las personas prefieren regresar a leer el libro en los troncos que sirven como bancas. Les han llevado libros de todo tipo, incluyendo psicología, pues siempre hay gente a la que le interesan esos temas.

Además del famoso pay de queso, ofrecen también un menú variado en el que a veces ponen tacos de canasta (sobre todo para los extranjeros), o tortas o pizzas. A la gente que visita el Bosque le cuentan un poco de su historia: la construcción del castillo, el tótem canadiense, los baños de Moctezuma, etc.

La Casa de la Bici se fundó desde 1940; ha pertenecido siempre a la familia Soliz y Juan Pablo es la cuarta generación a cargo. Aunque han cambiado de espacios y han vivido varias reubicaciones, siempre se encuentran en el bosque y ya llevan veinte años en el local actual.

Además de prestar juegos de mesa (y ofrecer una breve explicación al respecto), también dan clases para aprender a andar en bici. A su vez, venden comida saludable para ardilla y para pato, pues buscan evitar que la gente les siga dando sobras o frituras. Para las ardillas venden cacahuates y semillas de girasol y para los patos venden maíz quebrado.

Desde la creación de la mini biblioteca, la Casa de la Bici ha tenido un éxito que no había tenido desde su fundación. A los trabajadores les encanta interactuar con la gente de todo el mundo y empaparse de todas las culturas. Tienen, además, gorros propios de algunas regiones que se ponen para recibir a los extranjeros.

La Casa de la Bici pasó de ser sólo un negocio a convertirse también en una diversión. La gente les regala sus experiencias con cada visita.

La Casa de la Bici está abierta de martes a domingo, de 9 am a 7 pm.