A mediados de agosto, la historia de Francisco Ventura Velázquez “Paquito”, un niño albañil de 10 años, se viralizó en redes sociales, por eso decidimos ir a visitarlo a Comitán, Chiapas, donde trabaja con su papá.

Lo encontramos en una obra en la afueras de la ciudad. Su ropa polvosa contrastaba con su sonrisa. Antes de colocarle el micrófono comenzó a contarnos lo mucho que le gusta su trabajo.

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Nos dijo que fue él quien le dijo a su papá que lo llevara a la construcción para ayudarle, porque durante las vacaciones se aburre mucho en su casa. “Lo que más me gusta de mi trabajo es colar porque es divertido. Lo que menos me gusta es pegar piso porque es difícil”, nos contó.

Cuando le preguntamos cuál era su sueño levantó la mirada para pensar un poco. “Pues quiero ser científico para crear medicinas para los enfermos que no tienen cura”, respondió. Luego sonrió y dijo: “ese es mi sueño pero mi logro es ser arquitecto”.

Niño de diez años trabaja como albañil durante vacaciones escolares

Javier, su padre, nos explicó mejor el sueño y el logro de Paquito. “Desde niño mi hijo ha querido ser científico pero le digo que es una carrera muy cara y quizá no podamos pagarla, por eso me dijo que entonces quiere algo que implique menos gasto como ser arquitecto”.

Mientras el niño decide que quiere estudiar, la Universidad del Sureste ya le otorgó una beca para concluir sus estudios universitarios. Por ahora debe de enfocarse en repetir las buenas calificaciones que obtuvo en quinto grado de primaria: 9.7 de promedio.

Paquito, el niño albañil que quiere ser científico para ayudar a la gente
Paquito, el niño albañil que quiere ser científico para ayudar a la gente (Fotografía: Sofía Salcedo / Plumas Atómicas)

A Paquito le gusta jugar futbol, las matemáticas y la caricatura de Bob Esponja, pero también ayudar a su padre. Su trabajo como albañil le emociona tanto que le ha dicho a su padre que quiere seguirlo ayudando cuando inicie el ciclo escolar.

“Yo no lo voy a permitir. Imagínate, si está medio día en la escuela y medio día trabajando, eso es explotarlo y jamás lo permitiría, primero está su bienestar”, comentó Javier.

Otro de los sueños de Paquito es construir una casa a su familia: “Sería de dos plantas, con un jardín al frente, una cochera grande para meter el carro de mi papá, cuatro habitaciones para mis hermanos y mis padres con ventanas amplias para que entre mucha luz, dos baños y un patio de servicio.”

“Mi hijo es mi orgullo, pero lo será más cuando concluya su carrera universitaria, que termine su escuela es lo más importante para mí, nos contó su papá.

Antes de despedirnos, preguntamos a los otros albañiles que trabajan con él qué tanto ha aprendido Paquito del oficio en estos meses. Entre risas y música de Los Tigres del Norte nos respondieron: “¡Uy! Él ya nos enseña a nosotros. En unos añitos Paquito va a ser quien nos de trabajo”.