Ovidio Guzmán, hijo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue detenido esta mañana en Culiacán durante un megaoperativo que desató terror en la ciudad y zonas aledañas.
También conocido como “El Ratón”, ha aparecido en los titulares de manera gradual, sobretodo, a raíz de su primera detención en octubre de 2019, ocasión en la que casi de manera inmediata fue puesto en libertad.
Esa tarde fue conocida como “El Culiacanazo” y de ahí surgió uno de los retratos del capo de 32 años de edad.
Una de sus fotografías más virales ha dejado al descubierto la fe que profesa uno de los líderes del cártel de Sinaloa.
Símbolo de la narcocultura
Ovidio protagonizó corridos, estampas y mercancía de la narcocultura con la foto del arresto, en la que se le puede ver usando un atuendo sencillo pero algunos amuletos y escapulario.
¿Qué significan los amuletos?
El que más llamó la atención de los internautas fue el escapulario del Santo Niño de Atocha, figura católica de quien se busca su intercesión para abogar por aquellos fieles en reclusión.
El escapulario del santo Niño de Atocha no es la figura religiosa predilecta en el mundo de la narcodevoción, pues muchos capos son fieles a Jesús Malverde, conocido como el Bandido Generoso. Incluso, a la Santa Muerte.
Pero, el culto del santo al que le ofrece su fe Ovidio Guzmán, comenzó en España aproximadamente en el siglo VIII, cuando la señora de Atocha era venerada y se decía que el niño Jesús que cargaba en brazos desaparecía para llevar alimento a los cristianos prisioneros.
La fe en esta imagen se trasladó a América, específicamente a Zacatecas, cuando cobró gran popularidad en el siglo XVIII, conservando su licencia como intercesor de las personas recluidas.
Se desconoce si parte del origen de su devoción en esta imagen tiene algo que ver con las múltiples detenciones de su padre, quien cumple una condena en prisión de Estados Unidos.
Niño de Atocha
Esta figura religiosa no solo se volvió más popular en el mundo de la narcocultura y entre los mexicanos católicos tras verse en un escapulario colgado del cuello del hijo del Chapo.
Sino que, además, ha tenido apariciones en obras literarias, tal es el caso de “Hasta no verte, Jesús mío”, de la escritora Elena Poniatowska. Quien retrató una historia sobre un intercesor de una mujer que se encontraba recluida y que, luego descubrió que se trataba de este santo.
Los amuletos de protección que usaba Ovidio Guzmán al momento de ser aprehendido por narcotráfico y puesto en libertad en Culiacán se han convertido en un elemento característico de su imagen y de la narcocultura.
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