Un grano de palomitas de maíz perdido casi le costó la vida a un hombre del Reino Unido de 41 años el año pasado, al provocarle una infección cardíaca que requirió una cirugía mayor para solucionarlo.
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Su equipo médico cree que al intentar quitar el resto de palomitas de sus dientes con una variedad de artículos de odontología de bricolaje, así como un lápiz, un trozo de alambre y su uña, el bombero Adam Martin, bombero de profesión, se contagió una infección dañó las válvulas de su corazón.
¿A quién no se le ha atorado un fragmento de palomitas de maíz en la boca? Masticando las palomitas, un pequeño fragmento se abre paso en una grieta entre nuestras mueles o dientes. Y así comienzan horas de movimientos de lengua, hurgar con los dedos, cepillarse los dientes, enjuagarse la boca, etc. para tratar de sacar el molesto pedacito.
Desafortunadamente, nuestras encías son tejidos delicados llenos de vasos sanguíneos que se pueden rasgar con demasiada facilidad, dando a las bacterias una entrada fácil a nuestro cuerpo.

Es importante tener en cuenta que la boca humana más sana alberga al menos 700 especies de bacterias. Si introducimos un material extraño, como la tapa de una pluma o un alambre, lo que estamos haciendo es atraer un potencial problema de salud.
La mayoría de los organismos microscópicos que logran superar nuestras defensas externas aún enfrentarán una respuesta inmune. Pero aquellos que pueden liberarse de los glóbulos blancos tienen un viaje fácil por el sistema circulatorio del cuerpo.
Los pliegues del corazón proporcionan un lugar perfecto para que una bacteria se asiente y se reproduzca, lo que lleva a una afección llamada endocarditis, que consiste en la inflamación del endocardio, una membrana que recubre las cavidades del corazón. Si no se trata rápidamente con antibióticos, la infección puede reducir el trabajo del músculo cardíaco y el tejido valvular.
Martin comenzó a sentirse mal. Así que decidió acudir a su médico tras sentir fatiga, tener dolores de cabeza y padecer sudores nocturnos, que, como después supo, se derivaron del incidente con las palomitas.
“Los médicos me dijeron que si no hubiera ido al médico cuando lo hice, podría haber muerto en tres días”, dijo Martin al Cornwall Live

El médico de Martin detectó un soplo cardíaco con análisis de sangre que revelaban signos de infección y le recetó medicamentos. Poco tiempo después apareció una mancha rosa en el dedo del pie de Martin. Al unirlo con el soplo y la infección, el síntoma fue diagnosticado como una lesión de Janeway, una señal de que el corazón estaba en serios problemas de infección.
Menos de dos semanas después de su primera cita, con un sueño incómodo y dolor en las piernas, Martin volvió una vez más al doctor.
“Mi corazón ya no funcionaba correctamente”, dijo Martin . “Estaba esencialmente destruido. La infección se había comido las válvulas [del corazón]”. Recordemos que las válvulas del corazón son las que impiden que la sangre fluya en sentido contrario y circule hacia dónde tiene que circular.
Con la infección demasiado avanzada para que los antibióticos funcionaran, Martin fue sometido a dos operaciones invasivas para reemplazar su válvula aórtica arruinada, reparar una válvula mitral y reparar un absceso (una lesión llena de pus). En retrospectiva, Martin lamenta el día que trató de quitarse ese grano de palomitas de maíz.
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Su esposa, Helen, usó su cuenta de Facebook para compartir la experiencia y recomendar que se asista al dentista en vez de tratar de hacer la limpieza por uno mismo.

“¡Tus encías son una autopista bacteriana hacia su corazón!”, escribió. (Vía: Facebook)
Por suerte, Adam Martin vivirá para contarlo y para que esta historia nos sirva para tomar las precauciones necesarias cuando comamos palomitas.
Con información de Cornwall Live