El béisbol es uno de los deportes preferidos de los Estados Unidos. Las Grandes Ligas, o la MLB, está por definir a su nuevo campeón. Donald Trump pensó que sería el escenario ideal para hacer una aparición pública, pero terminó haciendo el ridículo tras ser abucheado por los aficionados. ¿A qué se debe esta reacción del público?
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Tal vez Donald Trump pensó que sería buena idea aparecer tras haber anunciado que las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos habían matado al líder de ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi. Tal vez imaginó que iba a ser un recibido por como un héroe. Tal vez creyó que sería ovacionado, como pasó con Barack Obama cuando se anunció la caída de Osama bin Laden. Aún cuando ambos presidentes jugaron un rol importante, la manera que lo abordaron fue de manera distinta. Trump quiso acaparar el protagonismo. Obama prefirió ser un actor secundario. Tal vez por eso Trump consideró que ese protagonismo bastaría para recibir la aprobación de los aficionados que se dieron cita al campo beisbol.
Los cálculos le fallaron.
Porque la afición en el Nationals Park en Washington DC, durante el quinto partido de la Serie Mundial entre los locales Nationals y los Astros de Houston, no lo recibió con el entusiasmo que él hubiera deseado.
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Una vez que aclamaron a los soldados que aparecieron en las pantallas del estadio, el público cambió las aclamaciones por abucheos, cuando Trump y su esposa aparecieron en las tribunas. Empezaron a a gritar “Lock him up!” -¡Enciérrenlo!”-, en clara referencia al grito de guerra de Trump durante su campaña política en 2016, cuando pedía que encerraran a su contendiente demócrata, Hillary Clinton.
Obviamente, esto no le sentó nada bien al presidente de los Estados Unidos, que llegó al partido sin ser invitado por los Nationals.
#LockHimUp se volvió en tendencia en Twitter, mientras que en el estadio se apreciaban carteles que pedían el juicio político para el presidente. Una aparición desastroso en todo sentido para Trump.

Cuando Trump no está en un mitin y sale al público, lejos de sus seguidores, estas cosas son más propensas a ocurrir. Tal vez sea por eso que el presidente número 45 de los Estados Unidos sólo aparece en actos oficiales o en sitios donde está seguro que sus seguidores serán mayoría.
La noche del domingo Donald Trump comprobó que la realidad no es como en Twitter. Que los abucheos que recibió en en el estadio de los Nationals demuestran que el presidente del vecino del norte no está exento de las criticas ni de la desaprobación, aún cuando haya quiénes crean que no es la manera adecuada de manifestarse.

Ahí estuvo el error de Trump. Quiso ser un héroe, quiso darse un baño de masas y quiso recibir aplausos. Sin embargo, lo que recibió fue el rechazo generalizado. Tan brutal fue el golpe para Trump, que no se ha manifestado en Twitter al respecto. Cometió un error al pensar que sería aclamado y ahora tiene que lidiar con el karma de una frase que ahora vuelve para ser usada en su contra.
