Si bien es el Banco de México (Banxico) la institución que tiene el mandato constitucional de operar la política monetaria del país (y eso incluye, por supuesto, el control de la inflación en el rango del +/- 1 sobre el 3% anual), quien se encarga de calcular la inflación es el INEGI.
La duda, por supuesto, es qué demonios es la inflación; a todos nos afecta o beneficia, pero no siempre queda muy claro qué es.
La inflación es el incremento sostenido de los precios de los bienes y servicios a lo largo del tiempo, su concepto inverso sería la deflación, la cual sería un decrecimiento sostenido de los precios.
La inflación es causada por varios factores, los principales son: crecimiento en la oferta de dinero a tal punto que su oferta exceda la demanda; por choques temporales en la oferta de bienes y servicios en términos de su escasez y por los aumentos abruptos de precios clave, tal como sucedió durante la liberalización de la gasolina. (Vía: Banxico)
El cálculo de la inflación normalmente se divide en dos índices: el subyacente y el no subyacente; el primer cálculo deja de lado los bienes de alta volatilidad, tales como energéticos y productos agropecuarios cuyos precios varían prácticamente todos los días en los mercados nacionales e internacionales.
Por otro lado el índice no subyacente incluye los precios de alta volatilidad dentro del cálculo (como el café o las frutas del temporada o el gas), este último muestra movimientos más generales y abruptos del mercado.
En ese sentido, para que el Banco de México pueda tomar decisiones de política monetaria es necesario monitorear todos los días las fluctuaciones de precios de bienes y servicios de todo el país, pues esta tarea titánica es llevada a cabo por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), todo esto para generar el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el cual toma en cuenta los precios de 299 productos en los principales mercados del país.
Sí, el INEGI monitorea diariamente el precio de 299 productos de todo el país, entre los cuales hay productos que ni te imaginas, aquí te presentamos algunos:
- Tostadas (aparte del de la tortilla).
- Helados, nieves y paletas de hielo.
- Concentrados de pollo y sal (el famoso Knorr Suiza).
- Bebidas alcohólicas (desde el Tonayán hasta el Don Julio 70).
- Calcetines y calzones.
- Alfombras y otros materiales para piso (¿?)
- Cortinas y toallas.
- Objetos ornamentales y decorativos (como las figuritas de cristal de tu abuelita).
- Velas y veladoras (para el San Juditas, por si se va la luz y uno que otro pastel de cumpleaños).
- Medicinas homeopáticas y naturistas (para los alternativos).
- Lavado y engrasado de automóvil.
- Centros nocturnos (desde el cover hasta el valet parking).
- Barbacoa, birria y carnitas (para el descrude).
- Pollo rostizado.
- Servicios funerarios (porque morirse también cuesta).
Como podemos ver, el INEGI toma en cuenta desde los productos de consumo más básicos, hasta los más costosos, es decir, hace un análisis transversal de todo el consumo del país independientemente del nivel de ingreso. La lista completa de productos la puedes encontrar en el siguiente link.