El hecho de que AMLO le dé prioridad a las políticas y cambios en territorio nacional ha afectado directamente su relación con otros países y mandatarios. A diferencia de Peña Nieto y Calderón, AMLO no ha tenido ningún viaje internacional desde que tomó posesión, mientras que sus antecesores hicieron 9 y 4, respectivamente. La estrategia del presidente respecto a la política exterior es mejorar la política interior. Sin embargo, esto puede afectar directamente la posición de México en organizaciones mundiales y su nivel de competencia en precios comerciales.
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Llama la atención, por ejemplo, que el presidente haya declinado la invitación al G-20, cumbre de las veinte economías más importantes del mundo. Aunque en su lugar asistirán Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores (SRE), y Carlos Urzúa, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la ausencia del presidente puede tener consecuencias mayores a nivel global.
En su interés por priorizar las necesidades locales, el presidente tiende a encontrarse fuera de disponibilidad para tratar asuntos externos. Un ejemplo claro, según presentó Bloomberg, fue la llamada perdida de Trump. A inicios de mayo, mientras AMLO se dirigía a un evento para discutir el programa de semillas agrícolas en una zona de Chiapas, la falta de señal telefónica impidió que pudiera tomar la llamada del mandatario estadounidense. Trump marcaba con la finalidad de discutir sobre el levantamiento de los aranceles del acero pero AMLO estaba en el evento “Sembrando Vidas” en Ocosingo Chiapas.
Jesús Seade, subsecretario de Relaciones Exteriores, dijo a reporteros el 17 de mayo que “para el presidente López Obrador, lo que estaba haciendo era mucho más importante que el anuncio”. A su vez, la venta del avión presidencial y la decisión de viajar en clase turista también perjudica, en cierta forma, la disponibilidad del presidente respecto a otros mandatarios. (Vía El Financiero)
Sobre todo con la amenaza de impuestos que hizo Trump, México se encuentra en la necesidad de buscar nuevos aliados comerciales. Mientras que el interés de AMLO por asuntos domésticos es necesario, la falta de atención hacia los eventos internacionales también es preocupante, sobre todo en términos comerciales. ¿Es posible priorizar lo interno sin sacrificar lo externo?