Durante una ceremonia en la que se anunció la gran inversión que Volaris hará en el país, el presidente Enrique Peña Nieto pidió de la manera más atenta que el enojo que puedan sentir algunos no nos nuble la visión de todos los anvaces que se han hecho durante su administración. (vía: La Jornada)
También previno que ese enojo que no hace a todos ver los extraordinarios resultados en su gobierno puede hacer que se pase a la desesperación y al enojo, y no es algo que él quiera, porque hay que ver las cosas positivas; no sólo malo:
“No puede de ninguna manera, lo que pareciera a veces un enojo extendido de algunos, nublar nuestra vista a los avances y desarrollo que estamos teniendo. Y no vaya a ser que por decisiones que los mexicanos tomemos se nuble tal nuestra vista ante el enojo, que pasemos del enojo a la angustia y la preocupación. Debemos mantenernos en un rumbo de crecimiento y desarrollo hacia adelante” (vía: El Financiero)
Para @EPN, el "enojo social" impide a los mexicanos apreciar que vivimos en un país con gran poder adquisitivo, en crecimiento durante los últimos 12 años.
— Revista Polemón (@revistapolemon) January 17, 2018
Y por eso según él no debemos cambiar el rumbo, es decir, votar por @lopezobrador_. pic.twitter.com/lri2hUCtsa
Así mismo, celebró que la compañía de transporte aéreo decidiera invertir 9 mil millones de dólares en la compra de 80 aviones que servirán para aumentar la flota disponible para los viajes que salen del territorio nacional, sobre todo cuando se tiene en puerta la creación de un nuevo aeropuerto que ha sido discutido y polémico desde su anuncio. Destacó que:
“Para que esto ocurra, es porque hoy Volaris, como otras empresas de la aviación, como de otros ámbitos, ven el futuro de México muy promisorio, ven el futuro de México atractivo, de proyección, de crecimiento y desarrollo“ (Vía: Proceso)
Esto, según él, mantendrá al país en un rumbo de crecimiento y “hacia adelante”, gracias también a todas las reformas que se han aplicado durante su mandato.
No es precisamente que se le quiera juzgar por querer resaltar sus logros. Sin embargo, el discurso que ha mantenido el presidente es de ignorar todo aquello que ha salido mal durante su sexenio. Se puede hablar de tantos puntos negativos como positivos, pero lo bueno no se cuenta, según él.
Por otro lado, su gestión está por llegar a su fin y parece que cada uno de sus actos, aunque no lo confiece, buscará darle un pequeño impulso a su partido y a su candidato, que sigue sin poder levantar ante la opinión pública, que esa sí cuenta mucho.
