A finales de julio, un barco que cargaba casi 4 mil toneladas de petróleo y 200 de diesel encalló en un arrecife al sureste de la isla de Mauricio, en África oriental, y provocó un derrame de petróleo. Ante el desastre ambiental, decenas de delfines han muerto y, recientemente, un grupo de pescadores grabó a una mamá delfín tratando de salvar a su cría desesperadamente. Los hombres trataron de ayudar, pero ambos animales murieron.

En las imágenes difundidas por Reuters, la delfín empuja constantemente a su delfinato para sacar su cabeza de las aguas cubiertas de crudo en una laguna de la nación insular.

“Estaba esa madre y su cría, que estaba muy cansada y no nadaba bien. Pero su madre se quedó a su lado y no dejé que su cría se fuera con el resto del grupo. Todo el rato se quedó con él, intentando protegerlo”, dijo un pescador a medios.

Pese a los esfuerzos de la delfín y los pescadores por salvarlos, tanto la cría como la madre murieron.

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Durante todo el tiempo que siguieron al delfín, los pescadores trataron de sacar a los animales de la laguna hacia el mar abierto. Pero no solo a estos dos especímenes, también al resto de los delfines que se encontraban en la laguna.

Yasfeer Henaye, el pescador de 31 años que grabó el incidente, señaló que el viernes pasado vio en el arrecife a casi 200 de estos animales. De ellos, cerca de 30 murieron y otros más estaban heridos o flotando.

El País señala que el número podría ser mayor y activistas de medio ambiente exigen que se realice una investigación sobre la muerte de las decenas de delfines.

“El barco encalló el 25 de julio y durante 11 días no se hizo nada. Pero cuando se abrió una brecha en el casco y el petróleo comenzó a inundar la laguna, toda la comunidad se movilizó. (…) Los vecinos empezaron a recolectar hoja de caña de azúcar para usarla como barreras protectoras. Además se puso en marcha una campaña para recolectar cabello humano y emplearlo también como contención”, señaló Romina Tello, propietaria de una agencia de viajes sostenibles, al diario español.

Hasta el momento, unas mil toneladas del crudo se han derramado del barco japonés por más de 15 kilómetros del arrecife. Esto ha afectado a comunidades, playas, manglares y la laguna. Sin embargo, el riesgo actual es que el barco se parta en dos y se libere el resto del crudo y diesel.

El gobierno detectó el pasado 6 de agosto las primeras fugas. Al día siguiente, declaró estado de emergencia ambiental y solicitó ayuda a Francia para contener la situación.