El valor de una vida humana es incalculable, pero para algunos su precio puede ser muy específico: 200 mil pesos es el precio por el cual se puede adquirir a una niña ‘casadera’ en Guerrero.
En el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, varias organizaciones denunciaron que en Guerrero aún es común la venta de menores de edad. En la zona de La Montaña es común que se compren y vendan a las menores con fines matrimoniales.
https://twitter.com/LAGOTADERRAMADA/status/892137797515042818
Los precios varían según la edad: mientras mayores sean, menos cuestan. Una niña de entre los 12 y los 16 años puede costar desde 150 mil hasta 200 mil pesos. El precio baja conforme se acercan o rebasan la mayoría de edad.
Bajo este terrible esquema, no es infrecuente que mujeres golpeadas huyan de maridos abusadores y golpeadores para encontrarse que los suegros exigen ‘la devolución’ de su dinero, porque las esposas en cuestión llegaron a dicho matrimonio siendo compradas de niñas. Así lo declaró Arnulfo Cerón Soriano, abogado integrante del Frente Popular de Tlapa. (Vía: Sin Embargo)
Leo que en la montaña de Guerrero venden niñas "casaderas" de entre 12 y 16 años en 200 mil pesos.
— Ricardo (@ocadiz6) July 31, 2017
Pero el loco es trump.
Actualmente, también han detectado que grupos criminales dedicados a la trata de personas utilizan las redes sociales para enganchar y engatusar a las víctimas. Así lo indicó Celso Vázquez Vivar, delegado de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos.
Por una caja de cervezas
En este caso el abuso de los usos y costumbres deriva en una peculiar forma de trata de personas. Al parecer de especialistas, lo que empezó siendo un intercambio de presentes por el matrimonio, derivó en un atroz sistema de compra venta de mujeres. (Vía: La Vanguardia)
En lugares como Cochoapa el Grande y Metlatónoc se ha llegado a registrar el intercambio de menores a cambio de una caja de cervezas; en esos mismos lugares la erradicación de estos crímenes han topado con pared ante el alegato de que son ‘usos y costumbres’.
Para algunos especialistas, hacen falta mayor rigor al aplicar la ley, pero también es indispensable abatir la pobreza y marginación que empuja a las familias a cometer dichos crímenes.
