Santa Muerte: Este es el origen del culto que gana adeptos rápidamente en México y el resto del continente, según especialistas del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, de la UNAM, que calcula en 12 millones el número de adeptos a este culto.
¿Pero cuál es su origen? A grandes rasgos, el culto a la Santa Muerte surge en dos corrientes mexicanas, la primera es la época prehispánica y la segunda tiene su auge a partir de la segunda mitad del siglo XX.
En los pueblos prehispánicos, la muerte era venerada a través de los dioses aztecas: Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl que habitaban el Mictlán. Desde este punto, la muerte era vista como un ser y no como un estado (como dicta la fe cristiana).

Durante la Conquista, la evangelización y la Colonia, el rito quedó olvidado o, al menos, eso pensaron los representantes de la iglesia. Pues algo que caracteriza este culto es su sincretismo. Es decir, su capacidad de adaptarse o hibridar con otras tradiciones culturales.
Como lo comprobó con su resurgimiento como culto ‘moderno’, pues tomó elementos esotéricos, místicos y hasta de la tradición católica para abrirse paso entre la ola de fieles que la veneran.
Origen de la Santa Muerte
En la cultura popular, los relatos de apariciones dan color a esta fe que reta al cristianismo. Son varios los relatos que aseguran haber presenciado apariciones físicas de la muerte como hoy la conocemos y de ahí que fueran incrementando sus fieles.
“Este culto tendría su origen en una comunidad llamada Catemaco, Veracruz, México en la mitad del siglo XIX. Dicha zona, es conocida por una gran cantidad de brujos y de aparentes hechos paranormales, allí mientras un chamán dormía, se le apareció la Santa Muerte en forma de esqueleto“, comparte el Dr. Juan Daniel Escobar, académico de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV.

A partir de estas apariciones se le atribuyen ‘poderes’ relacionados a los artefactos que la suele acompañar como lo son: una Guadaña (que simboliza la justicia del ser supremo); una esfera (que representa el mundo, ya que la muerte está en todos los lugares y no hace distinción entre las personas). Una balanza (aludiendo a la imparcialidad y equidad y el reloj de arena que es la medida de nuestra vida sobre la tierra).
Uno de los elementos que permean el culto desde su origen prehispánico hasta la actualidad es la entrega de ofrendas. Aunque difieren los elementos, pues solían tratarse de alimentos, flores y velas; para abrir paso a unas más sanguinarias, animales muertos, tatuajes o alcohol.
Santa Muerte en la actualidad
Una de las desaprobaciones que más genera este culto es la veneración de la muerte que contrata directamente con la promesa del Cristianismo que asegura fue Jesús quien la venció para dar a los hijos de Dios vida eterna.
Y es, precisamente, esta negativa de la cristiandad para aceptarla como una forma de fe o parte de la creencia religiosa en el catolicismo, por ejemplo, la que dota las peticiones de sus fieles de maldad como lo son venganzas, favores personales a cambio de vidas o protecciones a quienes esparcen el mal. Incluso, hay quienes se tatúan esta figura.

Andrew Chesnut, de Virginia Commonwealth University, Estados Unidos, resalta que la región donde más fieles hay actualmente de la Santa Muerte también es una de las más católicas en el mundo.
Siendo México, la Unión Americana, Guatemala, Honduras, El Salvador, Colombia y Ecuador, Perú y Brasil, los países donde más fieles ha ganado con rapidez.
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