El equipo de campaña de Mikel Arriola, defensores de las buenas costumbres y la moral, mandó un correo institucional con una anomalíaNo fue un mail con algún error de escritura o código que lo hiciera parecer élfico, sino más bien dos fotografías de una mujer semidesnuda junto a un audio y un documento sobre el metrobús de Reforma. (Vía: Radio Fórmula)

Según explicaron más tarde, esto fue presuntamente por un virus (uno que solo los ha atacado y afectado a ellos) que, misteriosamente, adjuntó dos fotos que nunca aparecieron al redactar el mail original. Al notar esto, aseguran, se pusieron a trabajar (o sea, regañar al que la regó) para solucionar el problema de manera inmediata.

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El correo oficial llegó a muchos medios que, por supuesto, entendieron de inmediato que esto no era algo normal y comenzaron a difundirlo. Mikel Arriola no se pronunció, pero es evidente que, si se trata de un virus, es uno muy extraño porque es un procedimiento muy inusual el simplemente adjuntar fotos para un ciberataques de cualquier tipo.

Los documentos al interior (los que sí eran pertinentes, por supuesto) tenían la intención de denunciar fallas en la operación de la nueva línea del Metrobús. Así mismo, ofrecía soluciones a estos problemas que, claro, deben ser atendidos por la siguiente administración que esté al frente del gobierno de la CDMX. (Vía: El Universal)

Sin embargo, el virus se encargó de hacer que su propuesta y su denuncia pasara a segundo plano. No porque no sea pertinente (en realidad lo es muchísimo), sino porque resulta exageradamente curioso que un equipo de campaña que pretender arrebatarle a la CDMX una agenda que ha seguido por casi dos décadas, termine por no poner atención en algo tan simple como un correo electrónico.

Mikel Arriola mandó fotos de mujer semidesnuda gracias a "un virus"

Un error es totalmente entendible, pero también resulta irónico que una plataforma política que aboga por recuperar la moralidad perdida en la ciudad termine por hacer… pues lo que hizo. Más allá de haber expuesto las fotografías de alguien (que de por sí ya es terrible) a los medios de manera accidental (nada de virus, para adjuntar archivos a un mail es necesario hacer varios pasos e incluso confirmarlo al enviar), queda de manifiesto la incongruencia.

No es que Arriola sea el único incongruente, además lo que sea en su vida privada le pertenece específicamente a los individuos, no a los demás. Lo que sí, es que tal vez tanto Jai Alai e intenciones de derogar derechos adquiridos (cosa que por supuesto no va a suceder) están atrofiando a su equipo de campaña, que ya no ve por dónde hacer sino por dónde tirar.

Si podemos decir algo es que, al menos, no hizo un Ted Cruz.

Amicus Humani Generis