¿El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ya no recuerda que es parte del actual gobierno? ¿Se le olvidó que ha sido el principal aliado del PRI en las elecciones de por lo menos la última década? Pues parece ser que sí y que siendo congruentes con su política de venderse al mejor postor va a abandonar el barco que está al borde del naufragio que es nada más y nada menos que el PRI.
Para el Verde el futuro está en el Frente Amplio Democrático convocado por el PRD, el cual busca formar una serie de alianzas entre los partidos de oposición para sacar al PRI del gobierno en 2018. Pero resulta que el Verde se olvidó que la consigna de sacar al PRI de Los Pinos los incluye también a ellos que son sus aliados y que de facto forman parte del actual gobierno.
Pero eso para la militancia del Partido Verde es un mero tecnicismo, ya que según el senador Pablo Escudero, en su partido no descartan la posibilidad de iniciar pláticas con otros partidos con el fin de adherirse al frente opositor del PRI. Es decir, si el partido llega a una buena negociación estaría dispuesto a dar la espalda a su principal aliado para ahora simular que es parte de la oposición.
Pero independientemente del oportunismo que ya conocemos del Partido Verde, el Frente Amplio Democrático es en sí una ambigüedad que no tiene pies ni cabeza. Decimos esto porque su planteamiento de inicio es una mera consigna sin contenido, me explico, el frente pretende generar una coalición partidista sobre la base de una mera negación del gobierno priista, esto no tiene el menor contenido político ya que no hay ni siquiera una propuesta programática.
De hecho, parece ser que los objetivos del frente son simplemente ganar votos a través de la demagogia, sí, los grandes críticos del populismo recurren a la vieja táctica populista de atraer el voto basado en las emociones, en este caso en el rechazo al PRI, pero detrás no hay ningún programa político que lo respalde.
A diferencia de López Obrador, quien pesar de que también utiliza estrategias que apelan a lo emocional, tiene también un programa político claro, que aunque fantasioso, irrealizable y contraproducente, al final es un programa que plantea algún tipo de alternativa, el Frente Amplio Democrático no tiene dicha alternativa y es poco probable que la tenga debido a que sería un conglomerado de partidos con ideologías que son totalmente opuestas, solo pensemos en la alianza PAN-PRD que sería la alianza fuerte.
El argumento se puede visualizar con preguntas muy sencillas: ¿Esa alianza va a impulsar libertad económica o mayor control estatal? ¿se van a respetar los derechos como plantea el PRD o se van a restringir basados bajo el argumento moral-católico? ¿La estrategia para combatir la inseguridad seguirá siendo la misma o se tomarán alternativas más integrales? Podríamos seguir lanzando preguntas de este tipo y el resultado sería el mismo, inconmensurabilidad ideológica y programática. (Vía: Sergio Sarmiento, Opinión, Reforma)
De esto surge el problema sobre el posible candidato ¿qué perfil ideológico va a tener? ¿será militante de alguno de los partidos involucrados o un independiente? ¿el objetivo será situarse en el centro? Si la propuesta del frente fuera seria, dejarían de lado la demagogia y nos presentarían un programa político que presente claramente los objetivos de la alianza, pero eso no ha sucedido porque ni siquiera ellos lo tienen claro. (Vía: La Jornada)