A una mujer que atravesaba por un tratamiento para lograr un embarazo se le negó la atención ginecológica en el IMSS. ¿La razón? Que no estaba casada. Y, cuando ella intentó obtener una explicación convincente, elementos de seguridad la sacaron del lugar. Sí, el Instituto Mexicano del Seguro Social considera que solo las mujeres casadas y en relaciones heterosexuales pueden acceder a esos servicios.

Se trata de una mujer trabajadora de la Ciudad de México que, después de terminar sus estudios de maestría, decidió ser madre. Sin embargo, ella tiene una condición congénita por la que le resulta más difícil quedar embarazada. Fue por esa razón que buscó tratamiento en el IMSS a través de terapias de salud reproductiva y reproducción asistida.

De acuerdo con Animal Político, S. solicitó las terapias en reproducción asistida en 2016, en el Centro Médico Nacional La Raza. Al principio, pudo acceder al tratamiento y a estudios clínicos como biopsias, exudados, ultrasonidos, salpingografías, análisis de orina y sangre, entre otros.

Ella recuerda que, además de ser dolorosos, muchos de esos estudios tuvieron que ser pagados por ella en clínicas privadas: “En el IMSS me decían que no tenían el equipo, pero que era necesario que me los realizara”.

A dos años de haber iniciado el tratamiento, “el pasado 16 de febrero me indican en el área de Ginecología que no podían seguir atendiéndome, por el tema de que debía ir casada, que eso es parte de su protocolo y que ellos cuidan el tema familiar”.

Fue el doctor Carlos Ramón Jiménez Vieyra, jefe del servicio de Ginecología del Centro Médico Nacional La Raza, quien la recibió en su oficina y le anunció que su terapia debía ser cancelada. En ese momento, S. sacó su teléfono para grabar la conversación.

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“Luego de que en el hospital de La Raza me mencionaron que tenía que ir casada para recibir el servicio, yo me asesoré con un abogado. Vimos que eso que dice el IMSS no pertenece al marco legal mexicano, en ninguna ley dice que las terapias de salud reproductiva o de reproducción asistida sean solo para mujeres casadas“, relata.

S. pidió una audiencia con el jefe de Ginecología de La Raza y le pidió que le explicara en qué parte se estipulaba que debía estar casada para recibir el servicio, pero él se negó. Después llamó a seguridad, quienes la sacaron del hospital. No obstante, ellos mismos se mostraron apenados y le sugirieron presentar una queja ante la dirección del IMSS.

“La presenté, pero no pasó nada, es como si la denuncia no existiera”.

El IMSS no quiso explicar cuáles son sus criterios para prestar o negar el servicio. Sin embargo, en su página de Internet se especifica que, en el caso del “diagnóstico de la pareja infértil y tratamiento con técnicas de baja complejidad”, solo se contempla a parejas heterosexuales: no a mujeres solteras ni en relaciones homosexuales.

De acuerdo con Enrique Ventura, representante de Conapred, ese tipo de actos constituyen discriminación “porque se estaría excluyendo a personas solteras, particularmente a las mujeres solteras, que con la finalidad de tener hijos quieren beneficiarse de los servicios de reproducción humana”. A ellas, el IMSS no les deja otra opción que contraer matrimonio para poder ser madres.

S. explica a Animal Político que su pelea no es solo por ella, sino por todas las mujeres que desean ser madres y han sido discriminadas por la misma razón. “Yo soy una mujer con estudios, tengo maestría y pude asesorarme legalmente, tuve quién me explicara que negarme el servicio por ser soltera no es constitucional y no puedo imaginarme entonces qué sucede con las miles de mujeres que no tienen esa posibilidad“.