ACTUALIZACIÓN: Luego de la publicación de esta nota, el agresor contactó a Hebert y a su defensa para llegar a un acuerdo de reparación del daño. Según contó Hebert a Plumas Atómicas, el acuerdo se hizo entre equipos de abogados y frente a un agente del Ministerio Público, quien dio fe al acuerdo y certificó el pago de resarcimiento del daño.
Los cargos fueron retirados junto con la demanda y el caso se dio por concluido en el ámbito penal.
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El sábado 18 de agosto en la noche Hebert Vázquez, de 55 años, salió de su consultorio dental y se dispuso, como todas las noches, a cerrarlo. Mientras lo hacía, una vecina, hija de su arrendadora, se puso a platicar con él sobre su exnovio. La plática iba normal, como se suele platicar con alguien que conoces desde que tiene dos años, cuando llegó un hombre a empujarlo y amenazarlo. Hebert se trató de retirar pero Octavio Mendoza Rodríguez, su agresor y ex novio de la joven, comenzó a golpearlo.
En entrevista con Plumas Atómicas, Hebert nos relató la serie de golpes que Mendoza le lanzó que terminaron en una fractura del pómulo izquierdo, de nariz, y un dedo de la mano derecha, además de una posible fractura de costilla. Al día siguiente, Octavio Mendoza lo amenazó de muerte a través de mensajes de texto luego de identificarse como miembro activo del ejército mexicano, específicamente, como miembro del Estado Mayor Presidencial.
Tras los golpes y las amenazas, Hebert se hizo de una abogada y fue a presentar su denuncia a la delegación Miguel Hidalgo. Susana Soto, su abogada, nos dice que, debido a que Octavio Mendoza es un militar en activo, el proceso penal está tardando más de lo que debería.
Mendoza no forma parte del Estado Mayor Presidencial, es tan solo un cajero, bueno, el jefe de cajeros automáticos en el Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada SNC. Sin embargo, cuenta como un miembro activo del ejército.
Debido a reformas en el código militar y penal, cuando un militar comete delitos contra un civil debe de ser procesado por civiles… pero, nos explicó Soto al mismo tiempo es procesado por tribunales militares. Las denuncias deben de correr a la par y, justamente, ese es el problema al que se enfrentan en este caso.
Hebert nos cuenta que, el lunes 21, ya después de las amenazas y de los diagnósticos de los doctores (y después de que decidiera iniciar el proceso legal contra su atacante), Octavio Mendoza le siguió mandando mensajes para decirle que ‘quería solucionar el problema de forma ‘civilizada’. Y sí, con mucho gusto le pasó a su abogada, quien informó al jefe de cajeros de Banjército cuál iba a ser el proceder de su representado.
Las lesiones infligidas contra Hebert Vázquez son de se segundo grados, un cargo que se persigue de oficio, además, lo demandaron por daños físicos, psicológicos y morales y amenazas de muerte, por lo que exigen una indemnización: Hebert no puede regresar a trabajar en su consultorio, que es su sustento y el de su familia, además de que tendrá que ser sometido a una operación de nariz.
Tanto la denuncia por lesiones y amenazas como las demandas por daño moral y psicológico se encuentran agrupadas en la carpeta de investigación CI-FMH/MH-3/UI-1S/D/00455/08-2018 de la Fiscalía Desconcentrada en Investigación en Miguel Hidalgo, en la Coordinación Territorial del Ministerio Público MH-3.
La investigación y el caso siguen avanzando, mientras que Hebert y su abogada buscan que Octavio Mendoza sea dado de baja del ejército no sólo para que enfrente en equidad de condiciones el juicio, sino también para que no vuelva a hacerle a nadie lo que hizo con él.
